El presidente francés, Emmanuel Macron, la canciller alemana, Angela Merkel y el primer ministro británico, Boris Johnson, pidieron tanto a Estados Unidos como a Irán que "ejerzan la máxima moderación y responsabilidad".

La declaración dice: "Hemos condenado los recientes ataques a las fuerzas de la coalición en Irak y estamos seriamente preocupados por el papel negativo que Irán ha desempeñado en la región, incluso a través del IRGC y la fuerza de Al-Qods bajo el mando del general Soleimani".

La declaración añadía: "Ahora existe una necesidad urgente de desescalada. Pedimos a todas las partes que ejerzan la máxima moderación y responsabilidad. Hay que poner fin al actual ciclo de violencia en el Iraq.

Pedimos específicamente a Irán que se abstenga de nuevas acciones violentas o de proliferación, e instamos a Irán a que revoque todas las medidas incompatibles con el PAIC".

Los tres jefes de estado también "recuerdan su adhesión a la soberanía y seguridad de Irak". Otra crisis corre el riesgo de poner en peligro años de esfuerzos para estabilizar Iraq.

También reafirmamos nuestro compromiso de continuar la lucha contra Daesh, que sigue siendo una alta prioridad. La preservación de la Coalición es clave en este sentido. Por lo tanto, instamos a las autoridades iraquíes a que sigan prestando a la Coalición todo el apoyo necesario".

La declaración concluyó con las siguientes observaciones: "Estamos dispuestos a seguir colaborando con todas las partes a fin de contribuir a calmar las tensiones y restablecer la estabilidad en la región".