Huelgas de Hambre

Madre de un preso en huelga de hambre: ‘somos su voz en el exterior’

Baran Atay es uno de los presos que se ha unido a la huelga de hambre. Lleva ayunando desde el pasado 1 de marzo.

La copresidenta del DTK y diputada del HDP por Hakkari, Leyla Güven, lleva 198 días en huelga de hambre demandando el fin del aislamiento impuesto al líder kurdo Abdullah Öcalan.

Su resistencia pronto fue secundada por miles de personas desde las cárceles turcas y alrededor del mundo entero.

Uno de los presos que se unieron a esta huelga de hambre es Baran Atay, quien lleva a cabo su ayuno desde la prisión de Osmaniye. Lleva sin ingerir un solo alimento desde el pasado 1 de marzo.

La familia de Atay tuvo que emigrar de Mardin a Adana a causa de problemas económicos en 1985. Baran Atay es el 5º de 14 hijos.

Sólo estudió dos años en la escuela primaria y después empezó a trabajar. Lo hizo en numerosos lugares, ejerciendo de jardinero, limpiador de zapatos y vendedor.

Baran Atay comenzó con las actividades políticas cuando tenía 14 años, y fue detenido y llevado preso entonces por una acción. Estuvo entonces en la cárcel juvenil de Pozantı, y se le liberó tras un año con un 40% de discapacidad. A los 16 comenzó a trabajar en una tienda de reparación de zapatos mientras continuó con sus actividades políticas. Volvió a ser detenido por participar en una manifestación en la que fue reconocido por una fotografía.

Lleva en la cárcel 8 años y ha sido deportado de una cárcel a otra pasando por la de Kilis, Tarsus, Elbistan… hasta la de Osmaniye, donde se encuentra recluido actualmente.

Atay trató de escapar de esta última cárcel hace 5 años, pero fue nuevamente detenido al ser delatado.

“Llevamos en huelga de hambre desde que él comenzó a ayunar”, ha contado su madre Hediye Atay. “El nivel de azúcar cae, la presión arterial baja. Nos contó cómo está. No queremos que nadie muera. No queremos que nuestros hijos mueran, no queremos que mueran los soldados o la policía. Mi hijo y sus amigos están ayunando. ¿Por qué? Están demandando paz, están pidiendo algo legal. Sentimos lo que ellos sienten, no dormimos, no estamos tranquilos desde que comenzaron la huelga de hambre”.

Hediye Atay ha explicado que su hijo les pidió que fueran su voz y llamaran a la gente a levantarse: “Llenad las calles con vuestra voz, nosotros no cejaremos en la huelga de hambre hasta el fin del aislamiento”.