Según las autoridades ecuatorianas, la rivalidad entre grupos en tres cárceles del saturado sistema penitenciario del país se ha saldado con al menos 75 muertos entre los reclusos y varios heridos más.

Mientras las fuerzas de seguridad actuaban para recuperar el control, los familiares de los presos esperaban noticias en el exterior de la prisión de Guayaquil, ciudad portuaria al oeste de Ecuador, donde, según las autoridades, murieron 21 personas.

Según las autoridades, otros 33 presos murieron en la cárcel de Cuenca, en el sur, y ocho en la de Latacunga, en el centro del país sudamericano.

El presidente de Ecuador Lenín Moreno atribuyó los disturbios en Twitter a “organizaciones criminales” que protagonizaron “acciones de violencia simultáneas en varios centros penitenciarios”. Las autoridades, dijo, “están actuando para retomar el control”.

Se desplegó a los militares para que ayudaran a la policía a sofocar la revuelta.

El Defensor del Pueblo calificó la violencia como “una masacre sin precedentes” y expresó su “preocupación por la falta de seguridad en el país, que se refleja en el aumento de la delincuencia y la violencia dentro de estos centros penitenciarios”.

La fiscalía dijo que varios reclusos resultaron heridos en enfrentamientos entre “bandas criminales”, incluidos dos en Guayaquil en estado grave.