No hay detenciones en la investigación del asesinato de un kolbar por soldados turcos

En Van, un kolbar fue torturado hasta la muerte por soldados turcos, otro kolbar atacado sobrevivió, pero estágravemente herido. Se ha abierto una investigación contra los autores, pero siguen prófugos.

En Irán, como en Turquía, existe un clima de total impunidad por los crímenes cometidos contra los trabajadores fronterizos kurdos, los llamados kolbars, que transportan diversas mercancías a través de la frontera turco-iraní, desde el norte de Kurdistán hasta el este de Kurdistán, a través de senderos montañosos. Los delitos contra los kolbars van desde robos, abusos y torturas hasta ejecuciones extrajudiciales. En los últimos veinte años, al menos 300 kolbars han sido asesinados de esta manera. Más recientemente, los kolbars Behnam Samadi (17) y Hesen Keçelano (44) de Kurdistán Oriental (Irán) fueron el objetivo de un ataque mortal. Fueron arrestados por soldados turcos cerca de la aldea de Beydoğan en el distrito de Çaldıran de Van el 14 de abril y llevados a la base militar, donde fueron golpeados y torturados. Luego ambos hombres fueron abandonados gravemente heridos en la zona fronteriza.

Sin arrestos a pesar de la investigación por asesinato

Samadi les contó a los aldeanos lo que había sucedido. El ejército iraní se negó a recuperar el cuerpo de Keçelano. Finalmente, el cuerpo fue llevado al Hospital Universitario Van. Debido a los rastros masivos de tortura, la Fiscalía General de Çaldıran abrió una investigación sobre "homicidio intencional". Tres soldados fueron interrogados sobre esto. Sin embargo, los perpetradores siguen prófugos.

"Pensaron que los dos estábamos muertos"

Según Samadi, los dos kolbars fueron detenidos por un vehículo blindado y detenidos por cinco soldados. En la base militar, 15 soldados los golpearon con palos y palas durante horas. "Después nos llevaron a la frontera iraní en el vehículo. Allí nos desnudaron y nos echaron agua fría. Nos golpearon con palas. Perdí el conocimiento. Cuando me desperté, encontré marcas de cortes de cuchillo en mi espalda. Nos dejaron tirados ahí porque pensaron que los dos estábamos muertos. Sin embargo, me desperté con el sol de la mañana. Cuando me desperté, mi amigo ya estaba muerto, había muerto por los golpes" declaró Samadi, que también anunció que presentaría una demanda y viajaría a Turquía para testificar después de su recuperación.