Hace más de 18 meses que no hay noticias de Ömer Hayri Konar, Veysi Aktaş y Hamili Yıldırım, encarcelados en Imrali junto con el líder político del pueblo kurdo, Abdullah Öcalan, quien lleva 23 años recluido en severas condiciones de aislamiento.

Las solicitudes presentadas por las familias, así como por los abogados, cada semana para reunirse con los reclusos, quedan sin respuesta o son rechazadas meses después en base a sanciones disciplinarias. Por lo visto, una nueva sanción disciplinaria se interpuso justo antes de que el Comité de Prevención de la Tortura del Consejo de Europa (CPT) visitara la prisión de máxima seguridad a finales de septiembre.

Según la Agencia Mezopotamya (MA, por sus siglas en inglés), el 15 de septiembre finalizó la prohibición de visitas familiares de 3 meses impuesta a Öcalan y los otros presos por la Junta Disciplinaria de Imrali en mayo. Los abogados de la oficina legal Asrın solicitaron una nueva visita a la Fiscalía General de Bursa el 16 de septiembre, una vez finalizada la prohibición. Como la solicitud quedó sin respuesta, los abogados se dirigieron a la Fiscalía General de Bursa y a la Dirección del Centro Penitenciario de Imralı el 23 de septiembre.

Los abogados fueron informados entonces de que había una prohibición de visitas familiares de 3 meses debido a una nueva sanción disciplinaria. Las objeciones de los abogados no se tuvieron en cuenta.

Cabe destacar que esta sanción disciplinaria coincidió con la visita del CPT a la prisión de Imrali. El CPT anunció el 3 de octubre que visitó la prisión de Imrali entre el 20 y el 29 de septiembre.

La última sanción disciplinaria es la duodécima sanción impuesta como obstáculo a las visitas familiares y de los abogados desde 2018.

Aunque no se ha informado a los abogados de los motivos de las sanciones disciplinarias impuestas hasta la fecha, las respuestas se dan de forma arbitraria y deliberada una vez que ha expirado el plazo de objeción.

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