Expertos en derechos humanos de la ONU han destacado el acuerdo alcanzado el 9 de noviembre para poner fin a las hostilidades en el conflicto de Nagorno-Karabaj, y esperan que conduzca a una paz sostenida en la región. Sin embargo, se muestran preocupados por la utilización de mercenarios en la zona de conflicto y sus alrededores y han expresado su alarma por las consecuencias devastadoras para la población civil, con escasas perspectivas de que se rindan cuentas.
El Grupo de Trabajo de las Naciones Unidas ha dicho sobre la utilización de mercenarios que existen informes generalizados de que el Gobierno de Azerbaiyán, con la asistencia de Turquía, dependía de combatientes sirios para apuntalar y mantener sus operaciones militares en la zona de conflicto de Nagorno-Karabaj, incluso en el frente. Estos combatientes parecían estar motivados principalmente por el beneficio privado, dada la grave situación económica de la República Árabe Siria, según los expertos de la ONU quienes han señalado que, en caso de muerte, se les prometió a sus familiares una indemnización financiera y la nacionalidad turca.
Chris Kwaja, quien preside el Grupo de Trabajo, anunció que el modo en que se reclutaba, transportaba y utilizaba a esas personas en la zona de conflicto de Nagorno-Karabaj y sus alrededores parecía ajustarse a la definición de mercenario establecida en los instrumentos jurídicos internacionales pertinentes, incluida la Convención Internacional contra el reclutamiento, la utilización, la financiación y el entrenamiento de mercenarios de la que Azerbaiyán es parte.
Además, los informes indican que Turquía se dedicó al reclutamiento y el traslado en gran escala de hombres sirios a Azerbaiyán por medio de facciones armadas, algunas de ellas afiliadas al Ejército Nacional Sirio (ENS). “El supuesto papel de Turquía es tanto más preocupante en cuanto que el Grupo de Trabajo abordó a principios de este año denuncias similares en relación con su papel en el reclutamiento, despliegue y financiación de esos combatientes para que participasen en el conflicto de Libia”, añadió Kwaja.
El Grupo de Trabajo también recibió informes que indican que Armenia ha participado en el despliegue de extranjeros para luchar en el conflicto de Nagorno-Karabaj. Los expertos están examinando estos informes para determinar posibles vínculos con las actividades relacionadas con los mercenarios, como el contexto en el que operan esos agentes y sus posibles motivaciones. El Grupo de Trabajo seguirá vigilando toda utilización de agentes relacionados con mercenarios por las partes.
Desde la reanudación de las hostilidades el 27 de septiembre de 2020 y hasta la última cesación del fuego, el Grupo de Trabajo se ha mostrado cada vez más preocupado por las reiteradas informaciones sobre ataques deliberados e indiscriminados en zonas pobladas en el área de conflicto de Nagorno-Karabaj y sus alrededores, así como en otras zonas alejadas de los combates, que han provocado un número creciente de víctimas civiles, incluidos niños. También se ha informado ampliamente de considerables daños a los bienes e infraestructuras civiles, incluidas escuelas y hospitales, así como de incidentes que han involucrado a periodistas.
“En este contexto, es aún más preocupante que los combatientes sirios desplegados en Azerbaiyán estén presuntamente afiliados a grupos armados y a personas que, en algunos casos, han sido acusadas de crímenes de guerra y graves abusos de los derechos humanos durante el conflicto en Siria, perpetuando así aparentemente un ciclo de impunidad y arriesgándose a nuevos abusos del derecho internacional”, añadieron.
“Hacemos un llamamiento firme a las partes y a los Estados que las apoyan para que retiren inmediatamente a todos los mercenarios y actores relacionados, y no se dediquen a nuevos reclutamientos, financiaciones y despliegues”, dijeron los expertos.
Los expertos también han transmitido su preocupación por las denuncias que señalan directamente a los Gobiernos de Azerbaiyán y Turquía, e informaron a la República Árabe Siria.