La violencia racista contra los kurdos en Turquía alcanza proporciones cada vez más amenazantes. Casi a diario se producen incidentes de racismo y discriminación contra los kurdos, pero los autores parecen gozar de total impunidad. El caso más reciente ha vuelto a ocurrir en Ankara. Z.D., una mujer kurda de 38 años que vivía en el distrito de Elmadağ, fue insultada, amenazada y casi agredida por vecinos turcos en presencia de la policía. Sin embargo, sólo hubo consecuencias inmediatas para las víctimas, que uvieron que renunciar a su apartamento y abandonar el barrio.

Víctimas de la discriminación obligadas a desplazarse

La agencia de noticias Mezopotamya (MA) informó del incidente. Según el informe, Z.D., natural de Gever (Yüksekova) en la provincia kurda de Hakkari, dijo haber sido objeto de discriminación racista por parte de los vecinos durante varias semanas en su barrio de Ismetpaşa. Esta mujer, madre soltera de cinco hijos que trabaja como empleada de la limpieza, vivía en Ismetpaşa desde hacía dos años. Sin embargo, la situación de amenaza fue empeorando progresivamente. Incluso se recogieron firmas para que la familia abandonara la zona. Hace dos días, la situación se agravó aún más.

‘No te queremos aquí, vete’

“Eran alrededor de las 10:30 de la noche cuando los vecinos empezaron a gritarnos ‘sucios kurdos’, ‘terroristas’ y a hacer declaraciones sexistas. Dijeron que no nos querían aquí y que debíamos irnos. Entonces llamamos a la policía. Cuando llegaron los agentes, intentaron atacarnos. Los policías hicieron retroceder al grupo, pero uno de los agresores llegó a la puerta de mi apartamento e intentó atacarme. Mi hijo mayor entró en pánico y cogió un cuchillo, tras lo cual fue amenazado por la policía”, declaró preocupada mujer.

Linchamientos mortales

En Turquía han aumentado notablemente los ataques racistas contra los kurdos por parte de turbas organizadas. En los últimos días, siete trabajadores agrícolas han resultado heridos en Afyon. En Ankara, cuatro personas resultaron heridas, dos de ellas graves, en un ataque armado contra una familia kurda. Posteriormente, la policía atacó también a la familia a la salida del hospital. En Konya, un padre de 43 años murió en un ataque contra su familia. Cuarenta de las aproximadamente sesenta personas implicadas fueron detenidas y todas menos una fueron puestas en libertad. También en Konya, una familia kurda de siete miembros fue atacada hace poco tiempo en su casa por una turba y golpeada casi hasta la muerte.

El racismo no es un crimen en Turquía

La justicia turca ignora el trasfondo racista de los ataques a los kurdos. Las fuerzas del orden tratan los linchamientos como daños corporales debidos a conflictos personales. De todas formas, el racismo no aparece en el código penal turco; el artículo 122 sólo penaliza la discriminación. Pero incluso este párrafo no es aplicado en los recientes casos de violencia.