Peace in Kurdistan condena la guerra de agresión turca en el Día de Acción Global por Kurdistán

En un comunicado, Peace in Kurdistan envía un saludo de solidaridad a la resistencia contra la invasión de Turquía y condena el silencio de Occidente ante los crímenes de Erdogan.

Peace in Kurdistan ha enviado un saludo solidario a todos y todas los que resisten a la invasión de Turquía haciendo público un comunicado en este día de acción global por los kurdos.

Peace in Kurdistan ha dicho en un comunicado: “El desbordamiento hacia el Kurdistán del prolongado conflicto en Europa se hace más claramente evidente en las últimas acciones de Erdogan en Siria e Irak. El presidente de Turquía está explotando despiadadamente la situación abierta por la guerra en Ucrania para lograr la máxima ventaja en su implacable guerra contra los kurdos. Calcula que mientras Estados Unidos y Rusia están preocupados por Ucrania, las fuerzas turcas tendrán vía libre para eliminar a las fuerzas kurdas situadas al otro lado de la frontera en Siria e Irak, alegando que actúa en respuesta a una amenaza terrorista y animado por su creencia de que los aliados de Turquía permanecerán en silencio y, al hacerlo, estarán aprobando efectivamente sus acciones.

Además, mientras gran parte de las fuerzas rusas están preocupadas en el este de Ucrania, Erdogan parece creer que la presencia militar rusa en Siria no ofrecerá ningún obstáculo a las operaciones militares contra los kurdos, que implican la expulsión masiva de la población de mayoría kurda en la región fronteriza de unos 1.400 km. Espera escapar de las críticas a sus acciones con el recurso de afirmar que simplemente está haciendo que el terreno sea seguro para Turquía. Esto es una falsedad. Los kurdos y las kurdas no representan ninguna amenaza para el pueblo turco. Buscan la paz y ser tratados con justicia y sólo desean disfrutar de los derechos que otros pueblos pueden dar por sentado.

En pos de sus objetivos bélicos, Erdogan ha frustrado los planes de expansión de la OTAN al negarse a aceptar la adhesión de Suecia y Finlandia en un intento de ejercer influencia sobre las políticas internas de estos dos países alegando que ofrecen un refugio a los grupos terroristas kurdos.

Con Erdogan preparado para lanzar una guerra total contra las posiciones kurdas, el peligro para los kurdos es ahora real e inminente. Erdogan ha querido destruir Rojava desde que se estableció el enclave controlado por los kurdos y lleva mucho tiempo resintiendo los éxitos logrados por las fuerzas kurdas en su resistencia al ISIS y su cooperación con las fuerzas internacionales en la lucha común para frenar el avance de los grupos terroristas, que estaban protagonizando una orgía de masacres sangrientas y esclavizando a todos los que se interponían en su plan de construir un califato. Turquía colaboró con estos grupos, a los que otros consideraban una lacra para la humanidad.

Como cualquier otra nación, Turquía debe rendir cuentas de sus actos. No se puede dar rienda suelta a Ankara para que pase por encima del derecho internacional y se salte las normas de comportamiento que todos y todas esperamos que sigan otros países.

Los informes creíbles y reiterados sobre el uso de armas químicas prohibidas por parte de las fuerzas turcas contra los kurdos exigen una investigación exhaustiva.

No se debe permitir que Turquía se salga con la suya en su plan de destrucción de civiles y desplazamiento de comunidades enteras en esta guerra despiadada y sucia.

Turquía está llevando a cabo una estrategia de altísimo riesgo con consecuencias incalculables que sólo puede provocar nuevos conflictos y desestabilizar aún más toda la región. Los kurdos están totalmente a favor de la paz, de una nueva forma de autogobierno democrático que ofrezca esperanza a los pueblos de la región y de la promoción de los derechos de las mujeres y la protección de los derechos de las comunidades minoritarias. Hay que apoyarlos.

Los derechos de todos los pueblos de la región y su modo de vida fueron reprimidos sin piedad por las facciones yihadistas cuyos intereses se alinearon oportunamente con los del Estado turco. Por lo tanto, es evidente que la guerra de Turquía contra los kurdos es un ataque contra cada uno de nosotros y nosotras. La Turquía de Erdogan está inmersa en una guerra de exterminio contra todos los principios decentes, democráticos y humanitarios, y representa una amenaza para todos los valores compartidos que deberíamos apreciar y defender como ciudadanos de una comunidad global. Si creemos que tenemos un interés común en construir un futuro mejor para el mundo, debemos impedir que Turquía cumpla sus objetivos.

Desde su fundación en 1994, Peace in Kurdistan ha defendido sistemáticamente que las negociaciones de paz directas entre Turquía y los kurdos y las kurdas ofrecen la única solución realista para poner fin a este conflicto histórico con un acuerdo duradero. Repetimos una vez más esta exigencia y hacemos un llamamiento a todos los que tienen influencia para que frenen el impulso bélico de Turquía y lleven a Erdogan a la mesa de negociaciones.

El Gobierno del Reino Unido, la OTAN y Occidente no deben permanecer en silencio ante el impulso bélico de Turquía”.

Peace in Kurdistan termina su declaración enviando saludos de solidaridad a “todos los que resisten la guerra de Turquía en este día de acción para los kurdos. Estamos hombro con hombro con todos los que salen a la calle y se unen a la manifestación por la paz. Por el destino de la humanidad, los kurdos deben salir victoriosos. Solidaridad con los kurdos y las kurdas, paremos la guerra de Turquía”.