Presa en huelga de hambre en Gebze: Esta es una cuestión de honor

Hoy es el día 85 de nuestra acción. No mencioné nuestro estado de salud. He evitado conscientemente mencionar nuestra condición de salud porque está ligada al avance de los acontecimientos. Encontrémonos en un país libre, donde podamos hablar libremente,

 

Özlem Söyler, uno de las presas en huelga de hambre en la Prisión de Mujeres de Gebze durante 98 días, dijo en una carta: "Oímos que todos se preocupan por nosotros. Naturalmente, esto nos da moral y fuerza, pero no basta con estar preocupados. No ayuda a hacer avanzar el proceso".

Özlem Söyler nació en 1985 en Ümraniye, Estambul. Su padre es de Erzurum, su madre de Trabzon.

Söyler se unió a la lucha por la libertad de Kurdistán en 2002. En 2012 fue detenida en Amed y condenada a 17 años y 10 meses de prisión. La mantienen en la prisión cerrada de mujeres de Gebze.
En su 85 día de huelga de hambre escribió una carta en la que decía: "El aire político del exterior tiene su repercusión aquí dentro. Es difícil incluso hablar entre nosotros, ya que una frase " inapropiada " podría dar lugar a un castigo disciplinario. La verdad es que la situación es una contradicción: estamos luchando contra el aislamiento y, sin embargo, se nos impone un aislamiento aún mayor. No estamos pidiendo nada para nosotros mismos, estamos ayunando para exigir el fin del aislamiento".

Vivir bajo amenaza de muerte

La carta continuó: "Tengo que decir que estoy espiritualmente, moralmente, más decidida que el primer día. Al igual que nosotros, las personas que han puesto su corazón en la libertad tienen un sentido de dónde y cómo deben vivir. Permítanme ser claro: en lugar de vivir bajo la amenaza de muerte que se nos ha impuesto, vamos consciente y deliberadamente hacia la muerte. Es una cuestión de honor. Nuestro honor, nuestra resistencia honorable, tendrá éxito en nombre de los pueblos".

Esperamos que levantes la voz

Özlem Söyler añadió: "Como mujer kurda y del Mar Negro, estoy contenta de haber participado en un proceso tan épico, tan histórico. Los pueblos y nuestro pueblo deben estar con nosotros elevando aún más su voz y reclamando esta victoria. Esto es lo que esperamos de nuestros seres queridos, de nuestras familias, de nuestros amigos, del pueblo turco y del pueblo kurdo".

Preocuparse no es suficiente

La carta continuó: "Oímos que todos están preocupados por nosotros. Por supuesto, esto nos da moral y poder. Sin embargo, tenemos que decir que preocuparse y estar preocupado no es suficiente para hacer avanzar este proceso. Mira a Leyla[Güven] y actúa en consecuencia.

Hoy es el día 85 de nuestra acción. No mencioné nuestro estado de salud. He evitado conscientemente mencionar nuestra condición de salud porque está ligada al avance de los acontecimientos. Encontrémonos en un país libre, donde podamos hablar libremente, con esperanza y resistencia..."