El preso Ibrahim Ateş denuncia que les metieron en una celda de aislamiento por participar en la huelga de hambre y que no se cubrieron sus necesidades básicas.
La huelga de hambre iniciada en las cárceles turcas contra el aislamiento del líder político kurdo Abdullah Öcalan suma 184 días.
Ibrahim Ateş, de 48 años de edad y preso en la cárcel cerrada tipo T de Malatya, lleva 25 años encarcelado. Participó en la huelga de hambre de 200 días iniciada en 2018 por la co-presidenta del DTK, Leyla Güven. Ahora, forma parte del 37º grupo de la huelga de hambre iniciada por los presos en las cárceles turcas el pasado 27 de noviembre de 2020.
En la llamada telefónica semanal con su hermano mayor Abdulgaffur, Ateş declaró: “Selahattin Aykoç y yo estamos en huelga de hambre desde el 25 de mayo. Nuestro motivo para hacer la huelga es acabar con el aislamiento y poner fin a las violaciones de derechos y a la anarquía en las cárceles. Debido a que nos pusimos en huelga de hambre, nos pusieron en una celda de aislamiento. Hay muchas carencias pero no nos doblegaremos y continuaremos la huelga de hambre hasta que se acabe el aislamiento”.
Abdulgaffur Ateş, por su parte, dijo: “Las demandas de los presos deben cumplirse lo antes posible. No aceptamos que se ponga a los presos en celdas de aislamiento por estar en huelga de hambre”.
