El 13 de febrero, la mina de oro Çöpler en el distrito de İliç en la provincia de Erzincan fue escenario de una catástrofe. Una enorme pendiente de escombros contaminados con cianuro se deslizó y sepultó a varios trabajadores. Al menos nueve trabajadores siguen atrapados bajo tierra. Se levantó una nube de polvo tóxico que amenazaba los asentamientos circundantes. Se espera que el desastre afecte a la cuenca del Éufrates y al Tigris y a toda Mesopotamia.
Tras el desastre, circularon en las redes sociales imágenes de agua con cianuro mezclándose con el río Éufrates. Según los informes, el agua venenosa se mezcló con el agua del río y se extendió por una zona extensa con la corriente debido a que el gobierno del AKP no tomó precauciones.
Ante las acusaciones, la Administración Autónoma Democrática del Noreste de Siria tomó medidas para analizar el agua que fluye hacia la parte siria del río Éufrates. Dado que el agua del río Éufrates es una fuente importante de agua potable y de riego agrícola en la región, las preocupaciones han aumentado.
El Consejo Ejecutivo del Cantón del Éufrates estableció un comité para analizar el agua.
Un total de ocho miembros, dos del Comité de Medio Ambiente, dos del Comité de Administraciones Locales, dos del Comité de Salud y dos del Comité Ejecutivo, fueron elegidos para el comité establecido bajo el nombre de Comité de Situaciones de Emergencia del Cantón del Éufrates.
Tras el nombramiento del Comité, se iniciaron los trabajos. Según los primeros análisis no se encontraron sustancias tóxicas en el agua del río.
Los miembros del comité afirmaron que existe la posibilidad de que las sustancias venenosas sean transferidas al norte y al este de Siria en los próximos días y que realizarán análisis continuamente e informarán al público sobre el tema.