El paso fronterizo de Kapıköy, que proporciona el sustento a la gran mayoría de los habitantes de Van, donde la agricultura y la ganadería han llegado a su fin, lleva cerrado desde marzo de 2020 cuando comenzó la pandemia del coronavirus. Sin embargo, tras la vuelta a la normalidad el pasado año y pese a la presión del pueblo de Van, el gobierno no parece tener intención de reabrirlo. Se han reanudado los vuelos desde Estambul, Ankara y Antalya a Irán, pero la frontera en Van se mantiene cerrada. Esto ha provocado el cierre de numerosos negocios relacionados con el sector turístico.
Los principales afectados por el cierre de paso de Kapıköy, descrito como “la mayor puerta del pan” de Van, son los profesionales del turismo y los comerciantes fronterizos. A pesar de las demandas de aperturas controladas, el paso fronterizo sigue cerrado.
Estamos en el umbral de la quiebra
El gerente de turismo Taylan Durmaz ha dicho lo siguiente sobre el cierre del paso fronterizo de Kapıköy: “Dirijo la única empresa de transporte turístico que opera desde Tabriz, en Irán, hasta Van. La dirijo desde 2016. Pero el cierre del paso fronterizo de Kapıköy nos ha afectado de lleno, tanto a nosotros como al resto de los habitantes de Van. Estoy al borde de la quiebra a causa del cierre del paso fronterizo. Daba empleo a 70 personas y voy a tener que cerrar mi empresa por completo. Quiero que se escuchen nuestras voces”.
Mürsel Kıyat se gana la vida comerciando. También ha pedido la reapertura del paso fronterizo. “Hay 39 pasos en la frontera en Turquía. 36 de ellos están abiertos, pero los de Kapıköy, Gürbulak y Esendere siguen cerrados. No entiendo por qué hacen esto”, ha lamentado.