La pandemia de coronavirus actúa como catalizador de la crisis económica en Turquía y el Kurdistán del Norte. La segunda oleada, en particular, afectó mucho a la población. Durante el periodo de cuarentena, casi todos los países del mundo proporcionaron paquetes de ayuda para apoyar a los comercios cerrados. No así Turquía, donde los comerciantes se vieron obligados a pedir préstamos mientras el gobierno no se privaba de recoger "donaciones" de la población para la pandemia. Esto agravó la crisis e hizo que el número de desempleados se disparara.

El HDP trató de llegar a la población de las regiones a través de lo que denominó "reuniones por el trabajo y el pan", en las que se desarrollan estrategias de solución conjunta. El político del HDP Şaziye Köse, especializado en asuntos laborales y sociales, participó en una de estas reuniones. En una entrevista con ANF, Köse describe la situación.

"Mucho peor de lo que pensábamos"

Köse afirma que, aunque la crisis económica lleva mucho tiempo en boca de todos, el panorama que se desprende de las reuniones es mucho más dramático: "Desde el principio dijimos que la crisis económica había alcanzado una escala mucho más dramática debido a la pandemia. Sin embargo, con el trabajo que iniciamos en Amed, nos reunimos con la gente y tratamos las consecuencias de esta crisis de forma más concreta y cercana. El panorama que surgió de estas reuniones es peor de lo que pensábamos. Amed, por ejemplo, tiene una particularidad trágica: el desempleo juvenil es aquí tres veces mayor que en otras ciudades de Turquía. En general, el desempleo es bastante alto, pero es mayor en Amed. Permítanme darles un ejemplo concreto: cuando visitamos la Cámara de Artesanos y la Asociación de Comerciantes, nos dieron la siguiente cifra: 30.000 personas se han quedado sin trabajo. Se han cerrado cafés, cafeterías, bares y restaurantes, donde trabajan principalmente jóvenes. Más de 1100 tiendas han quebrado".

"El hambre se está convirtiendo en un problema"

Köse continuó: "Nos enfrentamos a un grave panorama. Los agricultores ya no pueden pagar el gasóleo y los fertilizantes, y la electricidad y el agua se han vuelto muy caras. Además, está la compañía eléctrica DEDAŞ, que envía facturas de electricidad muy altas que la gente de los pueblos no puede pagar. La gente está destrozada, los campos y los tractores de los agricultores están siendo confiscados por el alguacil. Después de estas reuniones vimos que el problema está muy claro: ¡se llama hambre! Cuando vas a la región, ves la desesperación porque la gente se muere de hambre. Por eso la gente necesita ahora soluciones concretas".

Köse señaló que los comerciantes tienen demandas muy concretas: "Está claro que los comerciantes necesitan apoyo. Es lo que se ha hecho en todos los países del mundo, menos aquí. Todos sabemos que los comerciantes de aquí se han endeudado con la excusa de las ayudas. Estas deudas aumentan cada día. Los comerciantes quieren que el gobierno les prepare un paquete de ayudas y congele sus deudas".

"No estamos indefensos"

Köse subraya que en Amed se necesitan nuevos yacimientos de empleo. "Durante este tiempo el capital abandonó Amed y sus alrededores. Cuando el capital se va hay la consiguiente falta de trabajo. Los desempleados piden ante todo posibles soluciones. Quieren consejos concretos y claros, pero también hay que decir esto: no estamos indefensos. Creo que el desempleo es un concepto generado por el sistema. La verdadera cuestión es la distribución del trabajo".

"La solución está en la lucha común"

El político terminó su intervención con la siguiente reflexión: "Nuestras reuniones continuarán. Nos reunimos con comerciantes, empleados y personas de muchos otros ámbitos de la sociedad. Con todos estos círculos decidimos seguir adelante para continuar la lucha por una solución concreta de los problemas. Fue más que una visita: fue la piedra angular para construir soluciones comunes".