Zeynab Jalalian es trasladada a un centro desconocido
La prisionera kurda Zeynab Jalalian ha sido trasladada de la prisión de Kermanshah a un lugar desconocido. Jalalian fue contagiada con Covid-19, y sufre una grave conjuntivitis.
La prisionera kurda Zeynab Jalalian ha sido trasladada de la prisión de Kermanshah a un lugar desconocido. Jalalian fue contagiada con Covid-19, y sufre una grave conjuntivitis.
La activista kurda Zeynab Jalalian, encarcelada en Irán, ha sido trasladada a un lugar desconocido, informó la Red de Derechos Humanos de Kurdistán. La última presa política encarcelada en la prisión central de la ciudad de Kurdistán del Este, Kermanshah, fue sacada de la sección de mujeres por las fuerzas de seguridad iraníes la noche anterior. No se dio ninguna información sobre los motivos del traslado.
Zeynab Jalalian había sido transferida a Kermanshah a principios de octubre. Antes de eso había pasado unos tres meses en una institución penal en la ciudad de Kerman, que está situada a casi 1.300 kilómetros al este. Fue transferida allí en abril desde la prisión de Qarchak en Varamin, al sur de la capital iraní, Teherán. Anteriormente había sido encarcelada en Khoy. Durante esta odisea, Jalalian se infectó con Covid-19 y sufrió heridas en sus muñecas y tobillos por los grilletes durante los transportes. Como no se trataron, ahora también sufre las consecuencias. No se dispone de información sobre su estado de salud.
El 20 de junio, Jalalian inició una huelga de hambre para exigir su regreso a Xoy. Sus familiares no pueden visitarla porque los últimos centros de detención en los que estuvo retenida la joven de 38 años están lejos de su casa. Al igual que en Turquía, pero también en el País Vasco, donde los presos políticos están dispersos por toda España y Francia, por lo que sus familias y parientes suelen tener que viajar cientos de kilómetros y a veces más para una visita corta, las autoridades de Irán también están procediendo a trasladar a los presos a cárceles lo más lejos posible de su lugar de residencia.
Zeynab Jalalian está gravemente enferma. Entre otras cosas, sufre de graves infecciones y crecimientos de la conjuntiva. Aunque corre el riesgo de perder la vista, las autoridades iraníes se han negado durante años a permitirle ver a especialistas o recibir tratamiento fuera de la prisión. En cambio, se la presiona repetidamente para que haga "confesiones" por televisión a fin de que se le dé el tratamiento que necesita. En mayo se supo también que en Teherán está pendiente otro caso contra Jalalian. Sin embargo, todavía no está claro por qué está siendo investigada.
Zeynab Jalalian, nacida en 1982 en Maku, fue detenida en el verano de 2008 en Kermanshah y condenada a muerte en enero de 2009 por su presunta pertenencia al "Partido por una vida libre en el Kurdistán" (Partiya Jiyana Azad a Kurdistanê - PJAK). La pena de muerte fue conmutada por cadena perpetua en noviembre de 2011.