Noticias de ultima hora: Las SDF anuncian que los ataques del ejército turco y SNA han parado las operaciones contra el ISIS

Los kurdos en una nueva encrucijada

El pueblo kurdo de Siria otra vez se encuentra bajo una espada de Democles forjada por el Estado turco.

El pasado 27 de noviembre, los grupos terroristas Hay’at Tahrir al-Sham (HTS) y el Ejército Nacional Sirio (ENS) lanzaron una operación militar contra la ciudad de Alepo, la cual tomaron en apenas unos días ante la retirada desordenada del Ejército Árabe Sirio (EAS) que responde al gobierno de Damasco. Detrás de estos grupos está la mano férrea del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan. Su apoyo es un secreto a voces desde hace varios años.

HTS y el ENS son las pinzan con las cuales Turquía busca expandir su dominio territorial sobre Siria, en un plan que ni Erdogan ni sus ministros mantuvieron escondido: en más de una oportunidad, desde el gobierno turco dejaron en claro que su objetivo era “recuperar” las tierras que habían pertenecido al imperio Otomano y, al mismo tiempo, destruir a la Administración Autónoma Democrática del Norte y el Este de Siria (AADNES), creada en 2012 por las fuerzas kurdas junto a los pueblo que habitan esa región del país.

En estos años marcados por los bombardeos turcos contra ese territorio, la AADNES creo instituciones gubernamentales, desarrolló un nuevo sistema de educación inclusivo que contempla las diferentes lenguas que se hablan en la región e impulsó la liberación de las mujeres como política central de su autogobierno. Esta propuesta nacida al calor de la lucha del Movimiento de Liberación de Kurdistán (MLK) y de su máximo líder Abdullah Öcalan -encarcelado en Turquía desde 1999-, es inconcebible para el Estado turco. Desde Ankara repiten una y otra vez que la AADNES atenta contra la “seguridad nacional” turca, aunque nunca se haya registrado un ataque desde el norte de Siria hacia Turquía por parte de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) o de las Unidades de Protección del Pueblo y de las Mujeres (YPG/YPJ), las fuerzas de autodefensa de la administración autónoma.

Lo que vemos hoy en Siria es, principalmente, las consecuencias de las ansias de poder turcas. Pero también observamos que nadie (ni el régimen de Damasco como tampoco Rusia, Irán, Estados Unidos o la Unión Europea) tuvo el interés de poner un freno a Ankara. La provincia siria de Idlib hace años que es controlada por HTS. En las zonas ocupadas ilegalmente por el ENS en el Kurdistán sirio (Afrin, Al Bab, Azaz, Serekaniye), los terroristas cometen crímenes, violaciones a los derechos humanos y el propio Estado turco introdujo la lira turca como moneda y aplica un sistema educativo que responde a los deseos de Ankara. La persecución y secuestro de civiles están a la orden del día.

Para Moscú, Washington y Bruselas, Turquía es un activo muy importante, por eso priorizan mantener a Erdogan lo más cerca posible, aunque eso implique que miles de personas (en este caso los kurdos de Siria) queden a merced de las políticas militaristas y represivas turcas.

HTS y el ENS no salieron de la nada. En ellos hay muchos ex integrantes de ISIS. Es más, en los ataques a Alepo y a la zona de Shehba (donde hay al menos 200.000 refugiados y refugiadas de Afrin, que nuevamente son desplazados hacia zonas seguras de la AADNES) a algunos combatientes yihadistas se le pudieron ver la bandera negra de ISIS en sus trajes militares. Por eso, es importante dejar en claro que HTS el ENS no están integrados por “rebeldes” u “opositores”, sino por yihadistas y mercenarios que operan como bandas criminales con una concepción ultraortodoxa del Islam.

Lo que sucede en Siria no está desconectado a las otras regiones kurdas. Hace más de un mes, el gobierno turco desató una nueva ola represiva contra el partido prokurdo por la Igualdad y la Democracia (DEM), la tercera fuerza electoral del país. La nueva avanzada tiene como objetivo la destitución de alcaldes y alcaldesas, elegidas democráticamente en las elecciones de marzo pasado. En esos comicios, el partido DEM obtuvo más de 80 alcaldías, mientras que el oficialista Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) volvió a retroceder en su apoyo electoral. Hasta el momento, el Ejecutivo impuso interventores no solo en municipios administrados por los kurdos, sino también que apuntó contra el opositor CHP, el principal partido nacionalista turco.

La crisis interna en Turquía -donde confluyen una economía que funciona con fragilidad y el descontento creciente con el gobierno- y las tensiones regionales -en las que Ankara se mueve con pragmatismo, cautela, pero siempre en la búsqueda de su expansión político-territorial-, se convierten en una justificación repetida para que Erdogan recrudezca la represión contra sectores opositores, principalmente los surgido en el seno del pueblo kurdo.

En las regiones kurdas de Siria y Turquía, las organizaciones que representan a los kurdos están movilizadas y declararon que resistirán las arremetidas del gobierno turco, algo que les ha permitido no solo sobrevivir sino defender su libertad y derechos frente a la negación y la persecución estatal.

FUENTE: Leandro Albani / Nos Diario / Traducción y edición: Kurdistán América Latina