Periodista Sönmez: “Hay que poner el foco en la paz social”
La periodista y escritora Berrin Sönmez enfatiza la necesidad de establecer un marco legal centrado en la paz social y tomar pasos concretos en esa dirección.
La periodista y escritora Berrin Sönmez enfatiza la necesidad de establecer un marco legal centrado en la paz social y tomar pasos concretos en esa dirección.
La periodista y escritora Berrin Sönmez ha afirmado que el "Llamamiento a la paz y a una sociedad democrática" hecho por Abdullah Öcalan no debe limitarse únicamente a la cuestión kurda, y que no es apropiado que el gobierno aborde este llamado desde una perspectiva política centrada en la seguridad.
En una entrevista con ANF, Berrin Sönmez dijo que el gobierno turco se ha centrado únicamente en el desarme, mientras que Öcalan ha pretendido orientar su llamamiento hacia la paz y la democratización. Señaló que el breve texto refleja un cambio de paradigma significativo. Recordando que el llamamiento también subrayó las responsabilidades del gobierno para avanzar en el proceso, Sönmez afirmó: “La exigencia de ser parte igualitaria de un sistema democrático fue sumamente valiosa. Aunque los llamamientos a la paz y la democracia no provengan del propio Estado, este proceso, al convertirse en una demanda social, puede presionar a quienes ostentan el poder hacia la democratización”.
El enfoque del gobierno no se centra en responder a las demandas sociales, sino que se centra en la seguridad.
Al evaluar las responsabilidades que este llamamiento impone a la política turca, en particular a la postura del gobierno, Sönmez continuó: “Esta es una etapa crítica, necesaria no solo para los kurdos, sino también para los turcos y otros pueblos. Lograr la paz social es una necesidad para todos y todas, incluso para quienes se oponen a ella. Sin embargo, el enfoque del gobierno no se centra en responder a las demandas sociales, sino que se centra en la seguridad. Se está configurando un nuevo sistema tanto a nivel nacional como internacional, en particular en relación con Siria, Irak e Irán, donde las políticas israelíes y estadounidenses representan amenazas significativas. Esta situación requiere un cambio interno serio. ¿Tomará el gobierno las medidas necesarias? Hasta ahora, no ha tomado ninguna. El poder gobernante espera que la otra parte cumpla ciertas demandas, pero ese no es un enfoque sostenible. Si realmente existe una necesidad genuina de paz, el gobierno debe actuar en consecuencia. Hay expectativas en torno a las decisiones que surgirán del congreso del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), pero si el proceso se prolonga, corre el riesgo de descarrilar. Incluso si ambas partes están dispuestas, siempre existe la posibilidad de sabotaje, por lo que el proceso debe protegerse cuidadosamente. El número de personas que abogan por la paz debe crecer, pero eso sólo será posible si el gobierno cumple con sus responsabilidades”.
El gobierno intenta aterrorizar a la sociedad civil.
A pesar de las dificultades del proceso actual, en particular debido a la presión y los ataques en el Norte y el Este de Siria, Sönmez señaló que la ausencia de cualquier declaración del PKK que indique el final del proceso es una señal esperanzadora. Afirmó: “Existen informes que indican que las conversaciones con el Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) y el Partido de Acción Nacionalista (MHP) fueron positivas. Por otro lado, el gobierno intenta aterrorizar a la sociedad civil. La detención de miembros del Congreso Democrático de los Pueblos (HDK) y el encarcelamiento de artistas y periodistas son motivo de grave preocupación. El esfuerzo del gobierno por criminalizar a la oposición y asociar la búsqueda de justicia y a los partidos de oposición con el terrorismo es un hecho profundamente preocupante. Las recientes declaraciones del presidente sobre ‘transformar a la oposición’ en el congreso de su partido pusieron de relieve una vez más la presión ejercida sobre las voces disidentes. Los llamados dirigidos al Sr. Öcalan no solo están vinculados a la política exterior, sino también a la política interna. El gobierno está utilizando este proceso para afianzar su poder interno y debilitar a la oposición. Es evidente que no se ha dado ningún paso hacia la democratización y que el gobierno sigue considerando todo este proceso únicamente desde la perspectiva de la seguridad”.
A pesar de las diferentes opiniones entre kurdos y turcos, parece haber un reconocimiento compartido por ambas partes de la profunda necesidad de paz.
Berrin Sönmez señaló que si bien algunos segmentos de la sociedad han respondido positivamente al llamamiento, también hay grupos que se sienten incómodos al respecto. Explicó: “La brevedad de la declaración ha generado muchas preguntas. Sin embargo, podría haber una explicación razonable para mantenerla breve, dado el clima actual, donde cada palabra está sujeta a interpretación; una declaración más detallada podría haber generado aún más especulación. A pesar de las diferentes opiniones entre kurdos y turcos, parece haber un reconocimiento compartido por ambas partes de la profunda necesidad de paz. El llamamiento al desarme, después de cuarenta años de conflicto, podría ser visto por ambas partes como una salida honorable. En este proceso, aunque los actores de la sociedad civil, los defensores de los derechos humanos, las mujeres y algunos partidos políticos han apoyado en general el llamamiento, todavía existe una actitud cautelosa generalizada. Este optimismo cauteloso refleja el profundo anhelo de paz del público. El hecho de que Devlet Bahçeli fuera el primero en responder a este llamado puede abrir un espacio para que los círculos nacionalistas se distancien de la retórica antikurda y comiencen a comprender la cuestión kurda con mayor profundidad. La falta de objeciones por parte del MHP podría, a su vez, allanar el camino para una postura más moderada entre los grupos nacionalistas. En conclusión, la demanda social de paz es inequívoca. Este proceso, si se apoya en los esfuerzos conjuntos de los defensores de los derechos humanos y los partidos políticos, podría llegar a una base social más amplia. Ver esta oportunidad puede resultar un paso vital hacia el establecimiento de una paz duradera”.
Una solución política a la cuestión kurda y la igualdad de las mujeres
Sönmez afirmó que el llamamiento está directamente relacionado con la cuestión kurda, pero también afecta profundamente al panorama político general de Turquía. Explicó: “Durante muchos años —de hecho, a lo largo de gran parte de la historia de la República— este tema ha sido uno de los mayores obstáculos para la democratización de Turquía. El otro gran obstáculo es la cuestión de los derechos de las mujeres y la igualdad de género. Siempre describo a los portadores de la democracia en Turquía como las dos K: kurdos y mujeres. Estos dos grupos —las mujeres y el pueblo kurdo— constituyen la mitad de la sociedad. Por lo tanto, lograr una solución política a la cuestión kurda y desmantelar las actitudes que se oponen a la igualdad de género son de profunda importancia jurídica y social. En este nuevo período, es esencial establecer un sistema en el que los kurdos puedan vivir como ciudadanos verdaderamente iguales, donde la igualdad prometida en la Constitución se sienta plenamente en la vida cotidiana. Esto no solo es necesario para los kurdos, sino también para los turcos y todas las demás comunidades —religiosas y laicas, artistas, izquierdistas—. La igualdad de las mujeres, como el otro pilar de la democracia, debe estar en el centro mismo de este proceso. Lograr una paz sostenible está intrínsecamente ligado a la reproducción de la cultura, y eso solo puede lograrse si las mujeres participan activamente. La Resolución 1325 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas subraya que las mujeres deben participar activamente en los procesos de resolución de conflictos y de consolidación de la paz. Cuando las mujeres participen de manera significativa, las nuevas generaciones nacerán en una cultura de paz, y esto garantizará que la paz sea duradera. Por eso quiero destacar una vez más la importancia del lugar de la mujer en este proceso”.
Cuanto más se prolongue el proceso y persista la incertidumbre, mayor será la probabilidad de que se enfrente a un sabotaje. Para estar preparados ante tales riesgos, será esencial la presencia de una comisión capaz de generar confianza pública.
Sönmez enfatizó el estado actual de incertidumbre y afirmó que el debate público significativo sólo puede ampliarse una vez que se aborde esta ambigüedad. “¿Quién hará qué? ¿En qué medida actuará cada parte? Estas preguntas siguen sin respuesta”, señaló, y continuó: “Por supuesto, no todo puede discutirse abiertamente en un proceso como este. Sin embargo, identificar algunos hitos clave ayudaría a crear una mayor sensación de seguridad en la sociedad. Actualmente, existe una falta de confianza que se deriva directamente de la incertidumbre. Esta desconfianza impide que la gente confíe únicamente en la esperanza. Por eso creo que se debería establecer una comisión. Dicha comisión garantizaría que las partes rindan cuentas de sus compromisos y desempeñaría un papel vital para asegurar que el proceso avance de forma saludable. Una vez formada esta comisión, no todos los detalles podrán compartirse directamente con el público. Sin embargo, proporcionar actualizaciones periódicas ayudaría a involucrar a la sociedad en el proceso. De esta manera, la paz podría arraigarse más profundamente en la conciencia social. Cuanto más se prolongue el proceso y persista la incertidumbre, mayor será la probabilidad de que se enfrente a un sabotaje. Para estar preparados ante tales riesgos, será esencial la presencia de una comisión capaz de generar confianza pública. Además, la naturaleza volátil del Medio Próximo también podría tener un impacto en este proceso”.
Noticias relacionadas: