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YPJ Info publica un informe sobre los crímenes y las violaciones turcos en Afrin

Con motivo del aniversario de la ocupación de Afrin, YPJ Info publica un informe sobre los crímenes y las violaciones del Estado turco en la región de Afrin.

Ocupación de Afrin

YPJ Info, la rama informativa de las Unidades de Protección de las Mujeres, ha publicado un informe detallado sobre los crímenes y las violaciones turcos en la región de Afrin. La publicación coincide con el sexto aniversario de la ocupación turca de la región.

El informe recoge lo siguiente: "Las fuerzas militares de ocupación turcas, junto con grupos armados leales a ellas, lanzaron la llamada operación Rama de Olivo en la región de Afrin en enero de 2018. En esta operación se utilizaron diversas armas aéreas y terrestres, incluidas armas prohibidas internacionalmente, lo que tuvo graves consecuencias para la comunidad kurda y otros pueblos de la zona. Civiles inocentes, entre ellos muchos niños, mujeres y ancianos, sufrieron enormemente, y muchos murieron o resultaron heridos. La operación también provocó un desplazamiento forzoso masivo de la población autóctona, y muchos acabaron en zonas de desplazamiento en los campamentos de Tal Rifaat (Al-Shahba) y otros se trasladaron a diferentes regiones sirias."

Los kurdos que quedan en Afrin, según el informe, "no superan los 193.000. Se enfrentan a un caos y un peligro cada vez mayores mientras el ocupante prepara el terreno para que proliferen los crímenes. Estos delitos incluyen asesinatos y secuestros aleatorios en centros de detención secretos, hurtos, saqueos, robos a mano armada, imposición de cánones y rescates, tala y quema de árboles y apropiación de bienes públicos y privados por ladrones y bandas. Los milicianos y los colonos armados también promueven las drogas y la prostitución, mientras luchan contra los kurdos para ganarse la vida debido a la falta de oportunidades laborales y a los altos precios de los alimentos básicos. Su intención es obligar a los kurdos a marcharse y entregar sus propiedades a los ocupantes y colonos armados".

El informe añade: "Se perpetraron muchas violaciones de los derechos humanos contra la población kurda autóctona de forma calculada, como genocidio, limpieza étnica y desplazamiento forzoso. En un esfuerzo por alterar la demografía de la región, se ha asentado población turca y árabe en la zona, al tiempo que se han destruido lugares culturales e históricos. Muchas personas, incluidos niños, perdieron la vida. Innumerables mujeres fueron víctimas de violaciones. Bandas y mercenarios se apoderaron ilegalmente de miles de propiedades y viviendas de los habitantes nativos de Afrin. Los delitos cometidos fueron numerosos y variados, como homicidios, detenciones, desapariciones forzadas, torturas, confiscación de bienes públicos y privados y violencia sexual en todas sus formas.

Además, se destruyeron yacimientos arqueológicos, almacenes y santuarios religiosos utilizados por diversas religiones. Además, se arrasaron varios cementerios y uno de ellos se convirtió en un mercado de ganado. Los brutales actos que se están produciendo actualmente en Afrin, llevados a cabo por grupos mercenarios y facciones directamente vinculadas al Estado turco, constituyen una clara violación de las normas internacionales de derechos humanos. Estos grupos siguen atacando a civiles, con el resultado de muertes, secuestros, encarcelamientos, torturas, robos, atracos y brutalización. Los habitantes originales de Afrin que aún residen allí se enfrentan a estas atrocidades a diario."

El informe continúa: "El desplazamiento de personas de Afrin se ha visto exacerbado aún más por violaciones y crímenes, particularmente en el área de Tal Rifaat, sus campamentos y aldeas vecinas. Estas zonas han sido escenario de conflictos y guerras, y han caído bajo el control de facciones armadas y del ISIS. Como consecuencia, gran parte de las infraestructuras, instalaciones y viviendas han quedado destruidas, haciéndolas inhabitables. A pesar de ello, los refugiados de Afrin desplazados siguen viviendo en estas zonas, que continúan siendo objetivo de los ataques."

Casi a diario, dice el informe, "el ‘Ejército Nacional Sirio’ ha sido responsable de numerosas masacres que han causado la muerte y heridas a decenas de civiles. Uno de estos trágicos sucesos tuvo lugar en Tal Rifaat el 12/2/2019, cuando diez personas, entre ellas ocho niños, perdieron la vida y otras dieciséis resultaron heridas. Otro episodio fue la masacre de Aqiba, en la que cayó víctima una familia entera de refugiados de Afrin, compuesta por tres personas, entre ellas una niña de 11 años. Lamentablemente, estos horrores se vieron agravados por un devastador terremoto que sacudió varias ciudades de Siria y Turquía, en particular Jindires, el lunes 6 de febrero de 2023.

Este seísmo causó cientos de víctimas mortales, heridos y la destrucción generalizada de edificios mientras sus habitantes se encontraban en su interior. Para colmo de males, los residentes kurdos sufrieron malos tratos a manos de las facciones del ‘Ejército Nacional Sirio’, apoyado por Turquía, y de los colonos de la zona, que incluso recurrieron al robo de la ayuda destinada a las víctimas. La ayuda humanitaria, proporcionada por organizaciones y sociedades benéficas, era confiscada por la fuerza y los ciudadanos kurdos se veían privados de ella bajo la atenta mirada de las autoridades estatales turcas.

A pesar de la entrada de delegaciones y organizaciones internacionales en la región (Organización Mundial de la Salud, UNICEF y otras), la situación no ha mejorado, sino que ha empeorado. La mayoría de los habitantes de la zona de Jindires han instalado tiendas de campaña en las ruinas de sus casas destruidas por miedo a los robos. Un ejemplo de ello es una familia kurda que fue víctima de una masacre por parte de miembros de las facciones del ‘Ejército Nacional’ el 20/3/2023. Cuatro miembros de la familia fueron asesinados a sangre fría porque uno de sus hijos encendió el fuego de Newroz, símbolo de una festividad celebrada por muchos pueblos del mundo. Este atroz crimen ocurrió ante el mundo entero, sin que los autores tuvieran que rendir cuentas".

El informe enumera los principales crímenes perpetrados por Turquía de la siguiente manera:

"Cambio demográfico; difusión del pensamiento religioso extremista en nombre del Islam; robos, atracos, saqueos, confiscación de pertenencias, robos a mano armada y agresiones; tala y quema de árboles frutales y forestales; daños a yacimientos arqueológicos; secuestros; asentamientos; bombardeos y atentados".

Estadísticas de violaciones desde el inicio de la ocupación hasta el 15/3/2024:

1- Secuestros: más de 9.186 personas fueron secuestradas, entre ellas más de 1.000 mujeres.
2- Asesinatos: más de 693 personas fueron asesinadas, entre ellas 97 personas torturadas y 104 mujeres, incluidos 11 casos de suicidio y 74 casos de agresión sexual.
3- Árboles: tala de más de 400 mil árboles frutales y forestales, quema de más de 15 mil árboles frutales, quema de miles de árboles forestales y quema de más de un tercio de la superficie destinada a la agricultura.
4- Asentamientos: construcción de más de 30 asentamientos y campamentos en las zonas de Afrin.
5- Antigüedades: exhumación y destrucción de más de 75 túmulos arqueológicos, más de 59 yacimientos, más de 28 santuarios religiosos y exhumación de tumbas.