Mientras el Estado turco continúa su campaña de invasión contra el noreste de Siria, una serie de ataques aéreos turcos apuntaron a múltiples áreas en el desierto de Ruwaished en la zona de Shaddadi, al sur de Heseke, el 26 de febrero. Aviones de guerra y drones turcos atacaron una posición militar perteneciente a las SDF (Fuerzas Democráticas Sirias), además de casas que albergaban a trabajadores civiles. Además, un vehículo civil que transportaba pastores en la carretera de Khorafi, que une Deir ez-Zor y Heseke, también fue atacado. En total, se llevaron a cabo más de 16 ataques aéreos en la zona, que se cobraron la vida de cuatro combatientes de las SDF, seis trabajadores civiles y dos pastores.
Los combatientes de las SDF Cîger Kobanê (Cîgerxwîn Daban), Xebat Kobanê (Xebat El Remo) y el combatiente de las Fuerzas Komandos Bahoz Kobanê (Cemal Şahîn), que perdieron la vida como resultado de los ataques, fueron enterrados en el Cementerio de los Mártires de Şehit Dîcle en Kobanê el sábado.
En la ceremonia fúnebre, que comenzó con un momento de silencio, Letfiyê Silêman, miembro ejecutiva del movimiento de mujeres del noreste de Siria Kongra Star, dijo: “Los mártires son quienes defienden los derechos de nuestro pueblo. Debemos reivindicarlos y seguir su lucha”.
Mihemed Oso, miembro de la Administración del Consejo Militar de Kobanê, agregó: “Nuestras armas son nuestra autodefensa. No nos gustan las armas, pero las llevamos para proteger a nuestro pueblo y nuestra tierra. Continuaremos nuestra lucha hasta que logremos nuestra libertad y defenderemos a nuestro pueblo hasta el final”.
Fehan Hec Îsa, co-presidente del Consejo de Administración del cantón del Éufrates, afirmó: “En 2014, los habitantes de Kobanê destruyeron a los mercenarios gracias a una lucha desinteresada. Hoy resisten en la presa de Tishrin con la misma determinación”.
Zagros Şahîn, hermano del mártir Bahoz Kobanê, enfatizó que están orgullosos de sus mártires y continuarán su lucha hasta el final.
Después de los discursos, se leyeron los certificados de los mártires y fueron entregados a sus familiares.
Los combatientes caídos fueron enterrados bajo el acompañamiento del lema “Şehîd namirin” [Los mártires son inmortales].