Las bandas turcas saquean 3500 olivos en el Afrin ocupado

El ejército turco y las bandas yihadistas bajo el mando de Turquía siguen violando todas las leyes internacionales en las regiones que han ocupado en el noreste de Siria disfrutando de un silencio internacional contra sus crímenes de guerra.

El Estado turco y los mercenarios aliados continúan sus crímenes y actos inhumanos en los territorios que han invadido en Rojava.

Los mercenarios de Semirqand, respaldados por Turquía, se han apoderado de hasta 3.500 olivos pertenecientes a la población local en la aldea de Kafr Safra, en el distrito de Jindires de Afrin.

Según los informes que llegan desde el terreno, un hombre llamado Resid Ibis, al que las bandas se robaron sus 800 árboles, perdió la vida después de que sus árboles fueran cortados.

La invasión turca de Afrin comenzó el 20 de enero de 2018. Tras unos dos meses de resistencia contra el segundo mayor ejército de la OTAN, las unidades de defensa decidieron retirarse para evitar más masacres de la población civil. Afrin está ocupada desde el 18 de marzo de 2018, y desde entonces los ataques contra la población civil, la naturaleza y los lugares históricos aumentan día a día.

La naturaleza de Afrin tampoco se libró de la opresión de las fuerzas de ocupación. Esta destrucción masiva del medio ambiente fue de la mano de efectos económicos devastadores para la región y su población. Desde la ocupación, se han cortado más de 315.000 árboles para venderlos como leña, incluidos 300 olivos raros y antiguos, 15.000 robles y más de 11.000 árboles forestales. Se ha incendiado más de un tercio de las 33.000 hectáreas de tierras agrícolas de Afrin.