El ejército turco y sus tropas mercenarias yihadistas han recurrido una vez más a incendiar campos de cereales en la región autónoma del norte y este de Siria mediante bombardeos selectivos, destruyendo así las cosechas. El Estado turco ha estado utilizando este método sistemáticamente desde la ocupación de Afrin en marzo de 2018 y la ocupación de Serêkaniyê (Ras al-Ain) y Girê Spî (Tal Abyad) en octubre de 2019 para matar de hambre y expulsar a la población.

Sólo en la región de Manbij se han quemado 200 hectáreas de tierras agrícolas y 3.000 olivos como consecuencia de los últimos ataques contra la región.

Las fuerzas de ocupación turcas y sus grupos afiliados ubicados en la frontera al oeste de la ciudad de Zirgan prendieron fuego a los cultivos que aún no se habían cosechado.

Las Fuerzas de Autodefensa, la población y los bomberos de la ciudad y de los pueblos circundantes se movilizaron para evitar que el fuego se extendiera a otras zonas.

Los equipos de emergencia tienen dificultades para intervenir en el incendio debido a la continua agresión de las fuerzas invasoras.