Cuando las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF) lanzaron la operación para liberar Raqqa de la ocupación de ISIS hace un año, muchas potencias aparecieron tras tomar la ciudad bajo su control. Ubicada en la orilla del río Éufrates, Raqqa es conocida como la ciudad del califa abasí Harun al-Rashid.

Con el lanzamiento de la campaña de Raqqa, el estado turco ofreció su ejército a los EEUU para poder tener influencia sobre la ciudad. Turquía buscaba ocupar Raqqa y obstruir el proyecto democrático iniciado en el norte de Siria y Rojava.

El sistema democrático establecido en Rojava se basa en la democratización de Siria. Turquía y losus aliados mercenarios amenazan este proyecto porque no cumple con los intereses de Turquía en la región.

El 6 de junio de 2017, las SDF anunciaron oficialmente el inicio de la operación para liberar Raqqa, frustrando los sueños de los poderes que querían ocupar la zona y dando esperanzas al pueblo de ser liberado de la oscuridad de ISIS.

Raqqa fue liberado 4 meses después del comienzo de la operación. La ciudad se convirtió en un símbolo de coexistencia después de su liberación, que también marcó el comienzo del fin para ISIS.