La Unión de Yazidíes llama a la protección de los yezidíes de Afrin
La Unión de Yazidíes de Afrin en el campamento de refugiados de Shehba confirma los crímenes cometidos por Turquía y Daesh (ISIS) en Afrin.
La Unión de Yazidíes de Afrin en el campamento de refugiados de Shehba confirma los crímenes cometidos por Turquía y Daesh (ISIS) en Afrin.
La Unión de Yazidíes lanzó el jueves un comunicado de prensa sobre los ataques del Estado turco invasor y sus mercenarios contra los yazidíes en Afrin.
Al leer el comunicado en el campamento de refugiados Serdem en Shehba, Esed Marok, de la Unión de Yazidíes, subrayó que durante cientos de años los yazidíes han sido sometidos a ataques genocidas, especialmente durante el período otomano, pero a pesar de todo han preservado su fe y continuado resistiendo.
La declaración subrayaba que el establecimiento de las Administraciones Autónomas Democráticas en las regiones asegura el reconocimiento de identidad y las creencias de los yazidíes. Marok también agregó que en muchos pueblos se abrieron escuelas para que los niños puedan ser educados y aprender sobre su propia identidad.
"Cuando empezó la invasión de Turquía en la operación contra Afrin, los grupos de mercenarios amenazaron con matar y decapitar a los yazidíes. Estos mercenarios dejaron claro que lo que hicieron en Shengal continuaría en Afrin. Destruyeron los cementerios y los lugares sagrados de los yazidíes en Afrin. Los yazidíes se vieron obligados a emigrar, y muchos fueron forzados a convertirse en musulmanes.
Los mercenarios –decía la declaración– también forzaron a las mujeres yazidíes a utilizar la ropa impuesta a las mujeres por el islam radical, y reemplazaron la cultura de la coexistencia y la hermandad con sus reglas.
La Unión de Yazidíes añadió que el ejército invasor turco y sus mercenarios secuestraron a los jóvenes yazidíes en Afrin y sometieron a la gente a torturas de todo tipo. También confirmó que se están construyendo mezquitas en las aldeas yazidíes.
Al final del comunicado, la Unión de Yazidíes llamó a la comunidad internacional y a las organizaciones de derechos humanos a proteger a la comunidad yazidí del genocidio y el odio de los grupos yihadistas y el Estado turco.