En un informe, la Asociación de Derechos Humanos de Afrin denuncia la evacuación de asentamientos civiles por parte de las fuerzas mercenarias y el establecimiento de campamentos para mercenarios y sus familiares en aldeas antes habitadas por kurdos yazidíes.
Según la Organización de Derechos Humanos de Afrin, los mercenarios de Nureddin Zenki, afiliados al Estado turco, han vendido toda una calle de la ciudad de Jindirês a los mercenarios de Ahrar El Sharkiya por 25.000 dólares después de desplazar a los civiles que vivían allí.
El informe dice además que los mercenarios del Estado turco han incendiado las tierras agrícolas de la aldea de Omara en la ciudad de Shera, y cortado árboles en la zona hasta las aldeas de Gobek y Gulîlka en la provincia de Mabata y la montaña Hawar. Además, un centenar de civiles que vivían en la provincia de Bilbilê fueron obligados a trabajar durante la matanza.
Los árboles se han vendido en los mercados de Idlib, aunque la mayoría se han introducido de contrabando en Turquía.
Observando que el Estado turco ocupante continúa sus políticas de turquización y cambio demográfico en Afrin, el informe de la Organización de Derechos Humanos de Afrin explica que los civiles se han visto obligados a emigrar y que sus casas han sido ocupadas por familiares de mercenarios turcomanos.
En el informe se subraya además que los civiles se han visto obligados a emigrar a causa de los secuestros, las torturas y los saqueos de sus bienes.
En el informe se señala también que los ataques y las violaciones de los derechos de los kurdos yazidíes en Afrin continúan. El Estado turco y sus mercenarios han acampado en una amplia zona que va desde el pueblo de Tirindê, en el centro de la ciudad de Afrin, hasta la provincia de Shêrawa.
También se han establecido campamentos de mercenarios de Idlib junto a sus familiares en Bafîlonê, otro pueblo yazidí en la provincia de Shera, y en la zona de celebración del Newroz del pueblo de Afraza, en la provincia de Mabata.
La Organización de Derechos Humanos de Afrin dice que los campamentos de grupos de mercenarios árabes y turcomanos y sus familias se establecen con el fin de continuar con la política de cambio demográfico.