Los ocupantes en Afrin imponen nueva extorsión a los hombres kurdos en Afrin

La limpieza étnica toma diferentes formas en Afrin, desde secuestros, asesinatos y torturas hasta la imposición de multas arbitrarias a la población. Antes de la invasión la población kurda representaba el 95% de la población, hoy tan solo el 20%.

Fuentes locales desde el interior de Afrin han informado que la autodenominada ‘Policía Militar de Afrin’ ha acusado a todos los jóvenes kurdos de haber participado en “tareas de autodefensa” durante el período de la Administración Autónoma, anterior a la invasión. Por ello, los ocupantes pretenden que los jóvenes kurdos paguen multas de hasta 1000 liras turcas o se enfrenten a penas de cárcel de hasta tres meses.

Según la Organización de Derechos Humanos de Afrin, se trata de la segunda vez que los jóvenes son extorsionados para “saldar sus asuntos”, en palabras de los grupos terroristas que controlan la ciudad. De hecho, ya habían sido obligados anteriormente a pagar por medio de la violencia y la intimidación la cantidad de 1.500 liras turcas para “arreglar su estatus”.

“Bajo la supervisión directa y las direcciones de la inteligencia turca, las milicias apoyadas por el régimen, así como el propio ejército turco, utilizan tácticas de estilo fascista para despoblar la zona y expulsar a los kurdos, que han pasado de ser el 95% de la población de la región al 20% actual”, según la Organización de Derechos Humanos de Afrin.

La invasión turca ha supuesto la expulsión de la mayoría de la población kurda que ha tenido que dejar sus casas y propiedades y ver como eran entregadas a miembros turcomanos o árabes sunitas de las milicias terroristas y sus familias.

Afrin fue ocupada en marzo de 2018. Desde el principio las violaciones de derechos humanos y los crímenes de guerra han sido constantes convirtiendo así la que fue la región más segura de Siria durante la guerra en un escenario de violencia continuada a manos de yihadistas y el ejército turco.

Además de la clásica política colonial del régimen turco, se ha procedido a una política de limpieza étnica expulsando a cientos de miles de personas de lo que ha sido el hogar de la población kurda desde tiempos ancestrales. El cambio demográfico a favor de Turquía y sus fuerzas islamistas, los secuestros, tortura, extorsiones y asesinatos se suceden ante la mirada impasible de la comunidad internacional y su aprobación implícita.