El aislamiento, la represión y la violencia aumentan en las cárceles turcas. Todos los días hay nuevos informes de graves violaciones a los derechos humanos. Las y los presos resisten por todos los medios y arriesgan su cuerpo y su vida. El 23 de agosto, varios presos políticos fueron trasladados de diferentes cárceles de Turquía y Kurdistán del Norte a la prisión de máxima seguridad de Ereğli en Konya, lejos de sus familiares. En Konya, los presos fueron encerrados en celdas solitarias y se impuso una prohibición de comunicación de un mes y una de visitas. El número de presos aislados en celdas de aislamiento aumentó a 40 en los meses siguientes.
En Turquía, cada vez más presos se resisten a las condiciones penitenciarias que violan los derechos humanos mediante la huelga de hambre. Yakup Brukanlı prendió fuego a su cuerpo el 28 de octubre de 2022. Quería enviar una señal contra las violaciones de derechos en prisión. Anteriormente también había intentado emprender acciones legales, pero se le había denegado. El prisionero sobrevivió a su autoinmolación con heridas graves. En una carta cuenta lo sucedido y cómo es su situación. Destaca que prendió fuego a su cuerpo para romper el silencio.
Sobre la motivación de su acción, Brukanlı escribe: "Cuando todos cerraron los oídos y guardaron silencio sobre este acto arbitrario ilegal, llegué a la conclusión de que esta [autoinmolación] es la forma correcta de romper esta ignorancia. El hombre es un ser vivo con su propia identidad y valores sociales. Sin eso, no es posible hablar de la sociedad humana y la existencia. Esta situación está relacionada con el estado de conciencia. Cuanto más se desarrolla la conciencia de los valores sociales de una persona, más él o ella basa su comportamiento práctico en ellos. En mi opinión, toda persona que dice 'yo soy yo' debe proteger su identidad, sociabilidad y dignidad contra todo tipo de ataques".
Con respecto a su situación después de su autoinmolación, Brukanlı dice: "Permítanme explicar mi estado de salud de la siguiente manera: tengo entre un 30 y un 35 por ciento de lesiones en mi cuerpo. Hay quemaduras de primer, segundo y tercer grado. Cuando me llevaron por primera vez al hospital, rechacé el tratamiento. Solo vendaron las heridas y me enviaron de regreso. En la sala del hospital, cambio los vendajes todos los días. Las quemaduras de primer grado han sanado. Las quemaduras de tercer grado han regresado a quemaduras de segundo grado y las de segundo grado continúan".