En Turquía aumentan los ataques racistas contra los kurdos por parte de grupos organizados de linchamiento. En los últimos días, siete trabajadores agrícolas han resultado heridos en Afyon. Los miembros de una familia kurda que fueron brutalmente agredidos en Ankara siguen corriendo el riesgo de ser asesinados. En Konya, Hakim Dal murió en el ataque a su familia. Cuarenta de las aproximadamente sesenta personas implicadas fueron detenidas temporalmente y, desde entonces, todas menos una han sido puestas en libertad, ya que las autoridades turcas niegan una conexión racial.
La co-presidenta de la Asociación de Derechos Humanos (IHD), la abogada Eren Keskin, valora las campañas de linchamiento como ataques políticos. La Comisión contra el Racismo y la Discriminación de la IHD está estudiando los casos. Keskin confirma que los ataques contra los kurdos se han intensificado últimamente: "Sabemos muy bien que la violencia es política, tanto la violencia contra las mujeres como en general. Debido al lenguaje extremadamente duro, excluyente y racista del Estado, los ataques han aumentado. El aspecto racista de estos ataques queda impune en este país".
Los linchamientos se tratan como conflictos personales
Según Keskin, la impunidad se debe a que el poder judicial ignora y, por tanto, encubre el trasfondo racista de los ataques. Los linchamientos son tratados por las fuerzas del orden como agresiones debidas a conflictos personales. La abogada de derechos humanos considera que el asesinato de Deniz Poyraz y los actos de violencia de los últimos días son un reflejo del lenguaje agresivo utilizado por la coalición gobernante del AKP y el MHP.
Como informa Eren Keskin, la IHD persigue insistentemente estos casos: "Nos ponemos en contacto con los afectados, pero la gente se siente intimidada. Nuestros colegas han hablado con los afectados de Konya, Afyon y Ankara. Todos ellos han declarado que han sido atacados por ser kurdos". Según el abogado que representa a la familia en Konya, la fiscalía ignora que se trata de un ataque racista".
El racismo no es un delito en Turquía
Keskin señala que el racismo no aparece en el Código Penal turco. El artículo 122 sólo tipifica la discriminación, pero incluso este apartado no se aplica en los recientes casos de violencia. También hay muchos ejemplos de esto en el pasado. El pasado mes de mayo, por ejemplo, Barış Çakan, de 20 años, fue apuñalado hasta la muerte por escuchar música kurda. Los autores fueron acusados de asesinato premeditado, pero tanto la fiscalía como altos funcionarios del Estado rechazaron una conexión racista. Se iniciaron investigaciones por incitación al odio y engaño contra las personas que nombraron este antecedente en las redes sociales.
Una investigación similar se llevó a cabo en relación con un ataque a trabajadores temporales kurdos en Sakarya en septiembre de 2020. En diciembre de 2018, Kadir Sakçı, de 43 años, fue asesinado a tiros en Sakarya por hablar en kurdo con su hijo en la calle. El autor fue condenado a cadena perpetua por asesinato, y el aspecto racista no se tuvo en cuenta en el juicio.