Mohsen Mazlum, Mohammad Faramarzi, Wafa Azarbar y Pzhman Fatehi, que llevaban 19 meses detenidos en Irán, han sido ejecutados esta mañana.

Los presos se reunieron con sus familias por primera y última vez el domingo.

A continuación, los 4 presos fueron trasladados de la prisión de Evin a la de Qzalhisar, en Kraj, y ejecutados.

La ejecución estuvo precedida por una odisea de torturas y violaciones de derechos humanos. Los cuatro activistas "desaparecieron" hace año y medio. Fueron secuestrados por el Servicio Secreto iraní en la metrópoli kurda oriental de Urmia (Ûrmiye) en julio de 2022. 

El 12 de octubre de 2022, los familiares de los secuestrados se horrorizaron al ver a los detenidos recitando "confesiones" en la televisión iraní. Los cuatro presentaban señales claras de tortura. Aunque la organización Komala negó que los cuatro hubieran planeado un atentado con bomba en Ispahán, que no se les encontraron armas ni explosivos y que no se habían dedicado al espionaje, sino que habían militado políticamente en el movimiento de izquierda, fueron condenados a muerte sin pruebas.

No se permitió la representación legal en el proceso. Se rechazaron todas las apelaciones, por lo que los cuatro hombres, de unos 20 años, fueron ejecutados el lunes por la mañana.

La Campaña para la Libertad de los Presos Políticos en Irán (CFPPI) expresó su profunda preocupación por la próxima visita de la Sra. Al Nashif, adjunta de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH), a Irán del 3 al 5 de febrero. Diversos defensores de los derechos humanos se han hecho eco de preocupaciones similares.

A pesar de las persistentes ejecuciones diarias y las bien documentadas violaciones de los derechos humanos por parte del régimen islámico de Irán, esta visita corre el riesgo de legitimar inadvertidamente un régimen con un historial de crímenes contra la humanidad, afirmó el CFPPI.