Las condenas impuestas el 19 de julio a algunas presas de la cárcel cerrada de mujeres de Şakran, alegando su halay y sus consignas kurdas, fueron objeto de protestas en Esmirna.
Las mujeres hicieron una declaración frente al muelle de transbordadores de Konak con la participación de numerosos representantes de partidos políticos y organizaciones de la sociedad civil. Portando una pancarta en la que se leía «Ni vuestras cuatro paredes ni vuestras cárceles pueden quebrar la resistencia y la lucha de las mujeres», las mujeres corearon con frecuencia los lemas «Jin, jiyan, azadî», «Bijî berxwedana zindanan» y «Los presos políticos son nuestro honor».
31 presas condenadas por bailar
El copresidente provincial del Partido Popular Igualdad y Democracia (Partido DEM) en Esmirna, Vezan Karabulut, declaró que el halay y la música kurdos estaban prohibidos, y señaló que las prohibiciones se habían extendido a las cárceles.
Refiriéndose a las violaciones en la Prisión Cerrada de Mujeres de Şakran, Vezan Karabulut dijo: «La investigación iniciada contra 31 presas porque cantaron canciones kurdas, corearon zılgıt y consignas durante la celebración que hicieron por la liberación de Kobanê el 19 de julio concluyó el 12 de agosto llevó a severos castigos contra ellas».
Tras señalar que entre las condenadas se encontraba Güler Bilen, que lleva 32 años en prisión y padece problemas cardíacos, Karabulut expresó que las familias de las presas estaban preocupadas por el retraso en su puesta en libertad. «El aislamiento continúa en las cárceles. Se dictan sentencias arbitrarias e ilegales. Mientras las juntas de ejecución aplazan las ejecuciones, las familias vuelven a ser castigadas junto con los presas. Es inevitable que la opinión pública muestre una reacción común contra las injusticias», afirmó la portavoz.
Vezan Karabulut dijo: «Ni sus cuatro paredes ni sus mazmorras pueden quebrar la resistencia y la lucha de las mujeres. No permitiremos que el poder judicial funcione como una forma de violencia y tortura del Estado masculino, en lugar de como un medio de castigo y justicia. Sabemos que estos castigos disciplinarios pretenden atacar nuestra lucha por la libertad de las mujeres manteniéndolas en prisión.»