Periódico sueco Syre: "El silencio sobre las periodistas kurdas asesinadas es un crimen"

El 23 de agosto, un dron turco mató a dos periodistas kurdas. El periodista Shamm Shamayi Saleh cuestiona por qué el mundo no condena este crímen.

REPRESIÓN A LA PRENSA

El periódico sueco Syre sacó a la luz el asesinato de las periodistas kurdas Gulistan Tara y Hêro Behadîn por parte del Estado turco y criticó el silencio del mundo ante este ataque terrorista.

Titulado “El silencio sobre los periodistas asesinados es un crimen”, el artículo del periodista Shamm Shamayi Saleh incluye lo siguiente:

“El viernes, el mundo entero se vio conmocionado por la noticia de que dos valientes periodistas, Gulistan Tara y Hêro Bahadîn, fueron asesinadas por un dron turco mientras realizaban su trabajo en Sulaymaniyah. Sus vidas fueron brutalmente segadas, un trágico recordatorio de la violencia y la represión sistemáticas que Turquía practica contra los kurdos, especialmente contra aquellos que se atreven a decir la verdad. Este asesinato no es sólo un ataque a individuos; es un ataque a la libertad de expresión y un desafío directo al silencio de la comunidad internacional.

Gulistan y Hêro no eran sólo periodistas, eran portadoras de la verdad, usaban sus bolígrafos y cámaras para documentar la realidad del pueblo kurdo. Su trabajo ayudó a arrojar luz sobre las injusticias que afectan a los kurdos en su propio país y en toda la región. Al informar sobre las duras condiciones y las atrocidades cometidas contra sus semejantes, se convirtieron en modelos de valentía e integridad. Silenciar esas voces es una clara señal de miedo a la verdad y la transparencia.

Es chocante ver cómo el mundo exterior, incluidos muchos actores internacionales y organizaciones de derechos humanos, se niegan a condenar plenamente estos actos. En lugar de reaccionar ante este crimen contra la humanidad, muchos optan por hacer la vista gorda, como si las vidas de los periodistas fueran menos valiosas que los intereses políticos. Este silencio crea una atmósfera peligrosa en la que los perpetradores pueden actuar sin temor a las consecuencias.

Es hora de que, como sociedad, nos levantemos contra este silencio. ¿Por qué cuando mueren periodistas kurdos no se produce la misma indignación internacional que cuando son asesinados otros periodistas? ¿Será porque son kurdos? ¿Sus vidas tienen menos valor en la escala global de los derechos humanos?

Este asesinato forma parte de un panorama más amplio de la política agresiva de Turquía hacia los kurdos, donde los ataques con aviones no tripulados y otras formas de violencia se han convertido en algo habitual. Históricamente, Turquía ha utilizado su poder para reprimir la identidad, la cultura y los derechos kurdos. Este ataque es una prueba más de que Turquía cree que puede actuar con impunidad y de que la comunidad internacional está más interesada en las relaciones diplomáticas que en proteger vidas.

Debemos exigir que nuestros líderes adopten una postura. No basta con expresar nuestro pesar por la pérdida de estas dos periodistas; también debemos actuar. La comunidad internacional debe exigir responsabilidades al gobierno turco por sus acciones y dejar claro que no se tolerarán los ataques a la libertad de prensa. Necesitamos una condena firme y unida de estos actos brutales. Gulistan Tara y Hêro Bahadîn no sólo merecen ser recordadas como mártires, sino que sus vidas y su trabajo también deben convertirse en un catalizador para el cambio. No permitamos que sus muertes sean en vano. Hay que romper el silencio y debemos defender la justicia. Es hora de presionar a Turquía para que respete los derechos humanos y proteja a quienes se atreven a decir la verdad. En la lucha por la libertad de prensa, por los derechos de los kurdos y por la dignidad humana, todos tenemos el deber de actuar”.