El Consejo del Partido de la Vida Libre del Kurdistán (PJAK) ha emitido una declaración en la que condena enérgicamente la sentencia de muerte dictada contra Warisha Moradi (Ciwana Sine), miembro de la Comunidad de Mujeres Libres del Kurdistán Oriental (KJAR).
El comunicado dice: «El 10 de noviembre de 2024, el poder judicial iraní condenó a muerte a Warisha Moradi en una decisión que viola los derechos humanos y de las mujeres. Esta decisión se tomó en un momento en que el Estado no reconoció el derecho a la defensa gratuita durante el proceso judicial. La Asamblea del PJAK condena enérgicamente esta cruel sentencia dictada contra Warisha Moradi y considera que es un ataque a todo el pueblo iraní.
Las políticas irresponsables de la República Islámica de Irán son una fuente de gran pesar. Esta actitud del régimen iraní hacia la sociedad y las mujeres se ha convertido en un tema candente en la agenda mundial actual, y mientras continúan las campañas de «No a la pena de muerte», el régimen no retrocede ante las reacciones públicas e internacionales e insiste en continuar con estas políticas. Esta decisión contra las mujeres y la pena de muerte son indicadores de una voluntad de suprimir la voz del pueblo, y este enfoque conduce inevitablemente a la extinción».
El comunicado añade: «La sentencia de muerte impuesta a Warisah Muradi es una declaración de guerra contra el pueblo y la sociedad civil, y sin duda tendrá graves consecuencias. El impacto destructivo de esta decisión afectará profundamente a toda la comunidad. Por lo tanto, como sociedad, no aceptamos tales prácticas y políticas. El pueblo de Irán ha expresado repetidamente sus demandas de justicia en el mundo. Las penas de muerte impuestas a los presos y presas políticos muestran claramente que el régimen iraní está tratando de reprimir la revolución “Jin, Jiyan, Azadî (Mujeres, Vida, Libertad)”.
Con esta sentencia de muerte, el Estado iraní ha demostrado una vez más que no ve otra solución para la cuestión kurda que la asimilación cultural, las ejecuciones y la represión. Este enfoque opresivo y antidemocrático tendrá graves consecuencias y desestabilizará los cimientos del sistema construido sobre tales métodos. La sociedad no se someterá fácilmente a estas medidas represivas. El pueblo iraní está intensificando su resistencia con sus reclamos de libertad, y este deseo es tan fuerte que no puede ser dominado por tales actos de opresión».
La declaración destaca las «implicaciones más amplias de la sentencia de muerte, no sólo como un ataque a un individuo sino como una estrategia más amplia para socavar las crecientes demandas de justicia, igualdad y derechos culturales. La insistencia en utilizar medidas extremas como las ejecuciones para abordar la disidencia política y social se considera una indicación de la negativa del régimen a entablar un diálogo o encontrar soluciones pacíficas. El inquebrantable espíritu de resistencia entre la gente sugiere que estos métodos sólo alimentarán más disidencia y desafiarán el sistema actual».
La declaración continúa: «El Consejo del PJAK, al tiempo que condena las acciones del régimen, llama a todos los sectores de la sociedad que defienden la libertad, la democracia, los derechos de las mujeres y a la juventud a adoptar una postura clara y firme contra esta sentencia de muerte. Destacan la importancia de las campañas internacionales y los esfuerzos de las organizaciones de derechos humanos para fortalecer la determinación del pueblo iraní de superar la opresión y lograr la libertad. El PJAK ha apoyado constantemente todas las campañas contra la pena de muerte y respalda firmemente los esfuerzos de las mujeres, los jóvenes y la comunidad que luchan por la libertad de Warisha Moradi.
Cada sentencia de muerte emitida es una negación de las demandas de libertad del pueblo iraní, y especialmente de las mujeres. La resistencia social continua y diaria hace que sea esencial mantener una lucha fuerte y continua contra estas prácticas opresivas. El Consejo del PJAK insta a la solidaridad mundial para amplificar las voces que se oponen a las medidas represivas del régimen y para permanecer unidos en la lucha por los derechos fundamentales y la justicia en Irán. La continua reacción de la sociedad refleja un profundo compromiso de desafiar los intentos del régimen de silenciar el disenso y suprimir la creciente demanda de libertades democráticas».
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