Las políticas carcelarias del estado turco violan los derechos de los prisioneros todos los dñias, y continúa planteando un problema social y político. Especialmente en términos de presos políticos, las cárceles en Kurdistán y Turquía no son más que centros de tortura. Todos los gobiernos hasta la fecha han profundizado el problema, sin llegar a resolver nada. Los métodos se volvieron más duros durante los gobiernos del AKP.

Entre las políticas de intimidación del AKP contra las prisiones se encuentran los cacheos desnudos, las intensas acciones disciplinarias, el exilio, la tortura, el maltrato, el aislamiento, el trato indigno a los visitantes y prácticas similares.

53 nuevas prisiones

Muchos estados buscan formas de mejorar la calidad de vida de su propio pueblo, mientras que el estado turco promete a la sociedad nuevas prisiones. Se han completado proyectos para 18 prisiones con un total de 2.269.924 metros cuadrados. De acuerdo con la planificación del Ministerio de Justicia para 2018, se construirán 53 nuevas cárceles con una superficie total de 4.115.558 metros cuadrados.

Esto añadirá 53 prisiones más al recuento de prisiones de 291 prisiones cerradas, 70 prisiones abiertas independientes, 3 centros penitenciarios juveniles, 8 prisiones cerradas para mujeres, 5 prisiones abiertas para mujeres y 7 cárceles juveniles cerradas, un total de 384.

Aislamiento

Estas nuevas cárceles en construcción son importantes porque se están construyendo de acuerdo con la política de aislamiento que comenzó con el arresto y encarcelamiento del líder popular kurdo Abdullah Öcalan en la prisión de la isla de Imrali tras el complot internacional del 15 de febrero. 

Las estadísticas preparadas por el Consejo de Europa y la Universidad de Lausana que muestran el estado de las cárceles europeas citan a Bulgaria, Turquía, Chechya, Serbia y Dinamarca como los países cuya población carcelaria es mayor, con un 10.8%, 9.5%, 7.6%, 6.6% y 5,5% respectivamente. Estas prisiones construidas como campus incluyen hospitales y salas judiciales, lo que significa que los prisioneros nunca abandonan el recinto penitenciario, incluso para estas situaciones. Algo que muestra la generalización de la práctica del aislamiento.

Aumento del número de prisioneros

El número de presos ha aumentado a 260.000 con el gobierno del AKP, y se prevé que aumente a 800.000 con los recintos recién o proximamente inaugurados. Sobre la base de la población de Kurdistán y Turquía, eso significa que 1 de cada 100 ciudadanos estará en prisión. Cuando el AKP llegó al poder, había un total de 59.429 personas en las cárceles a 31 de diciembre de 2002. En los 16 años transcurridos desde entonces, el número se ha cuadruplicado. Al 15 de mayo de 2018, hay 246.416 presos en las cárceles, de los cuales 66.902 están en prisión preventiva, 28.488 en espera de apelaciones y 151.026 condenados.

El aumento del 315% en el número de presos es un récord en la historia de las prisiones de Turquía. El informe más reciente publicado por la Sociedad Civil en la Asociación del Sistema Penal (CISST) muestra que el número de presos aumentó de 55.000 a 176.000 entre 2005 y 2015, y actualmente supera la cifra de 260.000.

1500 presos enfermos, 402 en condiciones críticas

402 de los más de 1.500 presos enfermos se encuentran en una condición crítica. El enfoque del estado turco hacia los presos enfermos se observó más recientemente en los casos de Kocer Ozdal y Celal Seker, con quienes el Instituto de Medicina Forense llegó a emitir informes alegando que no había razón para sus visitas a los hospitales y que podían permanecer en prisión, condenándoles a la muerte, falleciendo poco después.

El Abogado Abdullah Zeytun, Presidente del Capítulo Amed de la Asociación de Derechos Humanos (DHI), habló con la ANF sobre la vida en las cárceles, que se volvió exponencialmente más difícil durante los gobiernos del AKP y proporcionó información sobre los presos enfermos, las violaciones de derechos durante el exilio y la tortura sistémica.

Tortura y malos tratos

El abogado Zeytun dijo que las decisiones políticas y financieras en Turquía han causado desigualdad política y social, lo que ha llevado a la inflación del número de arrestos criminales y políticos en el sistema penal: "Por supuesto, siempre ha existido la realidad de las cárceles donde presos políticos y otros han sufrido violaciones sistémicas, y estas violaciones continúan.

Vemos varios tipos de tortura y maltrato en casi todas las cárceles. La imposición de permanecer de pie durante el recuento, las penas de aislamiento por investigación disciplinaria, la prohibición de visitas, la privación de acceso médico y los exiliados son algunas de las cosas que encontramos. El ambiente político actual en Turquía manifiesta su cara más dura contra los arrestados y convictos. Vemos una actitud especial contra los presos políticos en muchas cárceles, comenzando con Elazig, Tarsus y Patnos ".

Torturas de los carceleros

Zeytun habló sobre los informes que prepararon sobre la tortura y el maltrato en las cárceles: “Por ejemplo, en la prisión de Elazig, cualquier prisionero que se oponga a cualquier práctica por parte de la administración primero pasa por una investigación disciplinaria. Después de eso, el prisionero que critica la prisión puede ser sometido a tortura por los guardias.

Hemos determinado esto a través de las apelaciones de los presos en la Prisión No.2 de Elazig y de nuestras propias observaciones. Otro ejemplo de maltrato es que los prisioneros sean esposados ​​de camino al hospital o visiten a las familias que son sometidas a registros desnudos. Nuestra misión, poder inspeccionar tales prácticas, se evita en todas las cárceles ”.

Torturas a los visitantes

Zeytun dijo que tanto las familias como los prisioneros son castigados con políticas de dispersión: “En este momento, miles de familias en las provincias kurdas tienen niños en cárceles en el oeste de Turquía y en la región norte del Mar Negro. Solo pueden visitar a sus hijos una vez cada pocos meses. Después de que visiten a sus parientes, acuden a nosotros y nos apelan sobre el maltrato al que fueron sometidos. Es algo que se repite todas las veces.

Por ejemplo, la mitad de la visita de una hora se pierde con los registros de los guardias. En los 30 minutos restantes, hay vigilancia constante por parte de los carceleros, quienes asisten y pueden intervenir y detener las visitas privadas. Cuando las familias se oponen a la severa tortura y maltrato contra el prisionero, ellas mismas son sometidas a torturas y maltrato similares, como se indica en sus llamamientos a nosotros. Todo esto se usa como táctica de intimidación tanto para los presos como para sus familias ".

Un elevado número de prisioneros enfermos mueren

"Hasta donde pudimos determinar, hay más de 1.500 presos enfermos en las cárceles, de los cuales 402 están en estado crítico", dijo Zeytun y añadió: "Por supuesto, creemos que el número real es mucho mayor. Muchos presos enfermos han perdido la vida en las cárceles, como Kocer Ozdal y Celal Seker, debido a la estructura tanto de la Ley de Ejecuciones como del Instituto de Medicina Forense cuando se trata de presos enfermos en Turquía.

Hemos apelado innumerables veces para que los presos enfermos reciban tratamiento de conformidad con el Artículo 16 de la Ley de Ejecuciones, pero todos han sido rechazados tras los informes de los tribunales y los informes del Instituto de Medicina Forense de que los presos son "aptos para la cárcel". Los prisioneroscondenados a la muertes. Consideramos cada uno de estos fallecimientos un asesinato”.