Procesos de alto el fuego y sus resultados – VIII
Los altos el fuego del PKK no resultaron en una paz duradera, ya que los esfuerzos de negociación fueron socavados repetidamente.
Los altos el fuego del PKK no resultaron en una paz duradera, ya que los esfuerzos de negociación fueron socavados repetidamente.
El Estado turco ha abordado los procesos de negociación únicamente desde el prisma de sus propios intereses, negándose a seguir una resolución democrática sincera más allá de políticas de negación y aniquilación. El mes pasado, el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) declaró una vez más un alto el fuego, reafirmando su compromiso con la paz y una solución democrática.
El PKK anunció el alto el fuego tras la declaración de Abdullah Öcalan titulada «Llamamiento por la Paz y una Sociedad Democrática», compartida el 27 de febrero. A pesar de ello, los ataques del Estado turco contra zonas guerrilleras han continuado. El parlamento aún no ha tomado ninguna medida y no se ha establecido ninguna base legal o política. Todos los intentos de diálogo entre el PKK y el Estado turco, a pesar de los persistentes esfuerzos del Sr. Öcalan y del PKK, han sido interrumpidos por los sucesivos gobiernos turcos mediante renovadas estrategias de destrucción.
El alto el fuego de 1993 mediado por Talabani
En el otoño de 1992, el Estado turco lanzó una operación militar contra las fuerzas guerrilleras, alineándose con el Partido Democrático del Kurdistán (PDK) y la Unión Patriótica del Kurdistán (UPK). Tras 45 días de intensos combates, el Partido de los Trabajadores del Kurdistán alcanzó un acuerdo con el PDK y la UPK y retiró una parte significativa de sus fuerzas armadas a Zelê y áreas dentro de la frontera turca. El 19 de marzo de 1993, Abdullah Öcalan celebró una rueda de prensa en el Valle de la Bekaa, con la presencia del líder de la UPK Jalal Talabani, y declaró el primer alto el fuego unilateral del PKK. El alto el fuego fue iniciado mediante la mediación de Jalal Talabani, a petición del entonces presidente Turgut Özal. Aunque el Estado turco no dio ningún paso hacia un alto el fuego recíproco, el PKK, tras su evaluación interna de la situación, decidió prorrogar el alto el fuego unilateral por un mes más. Esta prórroga fue anunciada nuevamente en una rueda de prensa en la Bekaa el 15 de abril de 1993, con Talabani presente. Antes de que expirara el período de alto el fuego, Turgut Özal murió en circunstancias sospechosas. Por otro lado, 33 soldados reclutas que acababan de completar su servicio militar fueron asesinados por órdenes de Şemdin Sakık, conocido por su papel dentro de los círculos contraguerrilla y fraccionalistas. El Sr. Öcalan describió tanto la muerte de Özal como el incidente de los 33 soldados como provocaciones deliberadas, que finalmente pusieron fin al alto el fuego unilateral.
Alto el fuego con el PDK y Turquía
El PKK crecía y ganaba fuerza de forma constante. Incapaz de detener este rápido desarrollo, el Estado turco comenzó a presionar a Estados Unidos y otras potencias internacionales para volcar a las partes del Kurdistán del Sur (Başurê Kurdistán) contra el PKK. A través del proceso diplomático en Dublín, Turquía obtuvo respaldo político de Estados Unidos y el Reino Unido (RU) y se preparó para lanzar una nueva guerra contra el PKK con el apoyo militar tanto del PDK como de la UPK. Sin embargo, el 26 de agosto de 1995, el PKK lanzó una ofensiva armada contra las fuerzas del PDK, invalidando efectivamente el proceso de Dublín. Los enfrentamientos entre el PDK y el PKK duraron tres meses y finalizaron con un alto el fuego declarado el 11 de diciembre. Negándose a limitar el alto el fuego a dinámicas intra-kurdas, Abdullah Öcalan buscó allanar el camino para una solución política a la cuestión kurda y amplió unilateralmente el alto el fuego para incluir a Turquía. No obstante, el Estado turco no respondió positivamente y no mostró ninguna intención de avanzar hacia una resolución pacífica. Cuando, el 6 de mayo de 1996, se llevó a cabo un intento fallido de asesinato contra el Sr. Öcalan por parte de un equipo vinculado a Tansu Çiller, la visión predominante dentro del PKK fue que continuar con el alto el fuego ya no era posible.
El alto el fuego de 1998, que llevó al complot internacional
Para el verano de 1998, la política de presión ejercida por Turquía sobre Siria se intensificó y llegó al punto de la amenaza directa de guerra. Abdullah Öcalan, líder del PKK, permanecía en Siria en ese momento, y el Estado turco presionaba a Damasco para que lo entregara. En este contexto, el PKK declaró un nuevo alto el fuego unilateral el 1 de septiembre de 1998. Sin embargo, en lugar de responder al llamado del PKK para una solución democrática, el Estado turco optó por intensificar la presión, recurriendo a amenazas y a un lenguaje bélico. Como resultado, el 9 de octubre de 1998, Öcalan abandonó Siria para evitar una guerra, buscando vías para una solución política a la cuestión kurda. Esto marcó el comienzo del complot internacional, que culminó en su secuestro en Kenia el 15 de febrero de 1999 y su entrega a Turquía. El PKK no reaccionó con represalias violentas, sino que continuó el proceso de alto el fuego, ahora bajo la dirección de Abdullah Öcalan desde prisión. El 1 de septiembre de 1999, el PKK declaró que se retiraría de las fronteras del Estado turco, manteniendo su decisión de cesar el fuego. Esta decisión se implementó plenamente el 15 de febrero de 2000. A pesar de que el alto el fuego se mantuvo durante cinco años, el Estado turco no respondió positivamente y optó por ver el proceso como una victoria militar, preparándose para una nueva guerra. A medida que aumentaban los ataques contra las fuerzas guerrilleras, el PKK declaró el fin del alto el fuego en 2004.
El alto el fuego de 2006: sabotaje por parte del Estado
El 1 de octubre de 2006, el PKK declaró un nuevo alto el fuego. Para ese momento, el PKK había transformado sus estructuras y fundado la Unión de Comunidades del Kurdistán (KCK) como un modelo de autogobierno democrático. El PKK estaba listo para dialogar con Turquía en función de este nuevo paradigma, y, a pesar del clima político desfavorable, persistió en su voluntad de alcanzar una solución pacífica. En noviembre de 2006, el KCK publicó un extenso documento titulado «Llamado a una solución democrática», presentando propuestas detalladas para resolver la cuestión kurda y reiterando su disposición a actuar dentro de un marco democrático. Sin embargo, las respuestas del Estado turco no mostraron señales de apertura. Los ataques militares continuaron, y el alto el fuego fue saboteado sistemáticamente. En esta etapa, Abdullah Öcalan también fue sometido a condiciones más severas de aislamiento.
El alto el fuego de 2009 y el proceso de Oslo
En 2009, el PKK declaró otro alto el fuego y un proceso conocido como las reuniones de Oslo comenzó. Representantes del PKK y funcionarios del Estado turco se reunieron para explorar posibilidades de solución. Al mismo tiempo, el gobierno del AKP lanzó el llamado «apertura kurda», que posteriormente pasó a denominarse «proceso de solución». Sin embargo, mientras continuaban las conversaciones, el Estado arrestó a miles de personas en el marco de la operación contra la KCK, incluyendo alcaldes, activistas, periodistas y miembros de la sociedad civil. A pesar de esta contradicción evidente, el PKK mantuvo su alto el fuego. El proceso se interrumpió abruptamente después de que las grabaciones de las reuniones de Oslo se filtraran a la prensa en 2011. Posteriormente, el gobierno del AKP se alejó aún más de una solución democrática.
El alto el fuego de 2013 y las negociaciones directas
El 21 de marzo de 2013, Abdullah Öcalan, desde su prisión en la isla de Imrali, anunció un alto el fuego que implicaba el retiro de los guerrilleros del PKK de las fronteras de Turquía, en un intento de abrir un nuevo capítulo en la resolución del conflicto. Este alto el fuego fue considerado por muchos como un paso significativo hacia la paz y un intento serio de diálogo entre las partes en conflicto. Las negociaciones comenzaron oficialmente bajo el liderazgo del gobierno del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP). En este contexto, Öcalan instó al PKK a poner fin a las hostilidades y a dar paso a un proceso de desarme.
Este alto el fuego fue respaldado por varias facciones del PKK, aunque algunas expresaron dudas debido a la falta de confianza en las intenciones del Estado turco. Sin embargo, a pesar de las promesas de diálogo, las fuerzas de seguridad turcas siguieron realizando operaciones contra militantes kurdos, lo que minó el proceso de paz. A pesar de los esfuerzos, las relaciones se deterioraron nuevamente después de 2015, cuando los enfrentamientos violentos se reanudaron debido a la falta de progreso en las negociaciones.
El alto el fuego de 2015 y el colapso del proceso de paz
En 2015, el proceso de paz alcanzó un punto crítico, pero finalmente fracasó debido a varios factores. El levantamiento de los toques de queda en las ciudades kurdas, junto con la intervención militar turca en el norte de Siria, complicaron aún más la situación. El gobierno de Erdogan abandonó las conversaciones, y la guerra volvió a recrudecerse. Las relaciones con el PKK se rompieron completamente y los esfuerzos de diálogo cesaron.
La falta de confianza, las operaciones militares y la creciente represión contra la población kurda, incluidos los arrestos masivos de políticos, periodistas y activistas, llevaron al colapso total del alto el fuego y a la reanudación de los enfrentamientos. La situación en las regiones kurdas de Turquía se deterioró, y el conflicto se intensificó aún más. Las fuerzas de seguridad turcas y el PKK continuaron enfrentándose en una guerra abierta, mientras el gobierno de Erdogan redoblaba su postura de que no habría concesiones políticas a la minoría kurda.