Por la mañana, el refugiado kurdo Idris Kaplan fue detenido en su domicilio y trasladado al centro de detención de Vincennes (CRA) para su deportación, anunció el jueves el Consejo Democrático Kurdo de Francia (CDK-F).

“Esta decisión constituye una afrenta directa a los principios fundamentales de los derechos humanos y al derecho de asilo”, afirmó el CDK-F y señaló lo siguiente:

“Kaplan se enfrenta a una condena de al menos 25 años de cárcel en Turquía, un país en el que los derechos de los kurdos son violados sistemáticamente y la persecución política, la represión y la tortura son moneda corriente. Consciente de todos estos hechos, Francia insiste en devolverlo a un país en el que su vida y su libertad corren un grave peligro.

Al deportarlo, Francia violaría no sólo el artículo 3 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, sino también el principio de no devolución consagrado en la Convención de Ginebra, que prohíbe la devolución de una persona a un país donde corra riesgo de ser torturada, perseguida o tratada inhumanamente.

Condenando enérgicamente la detención y el plan de deportación, el CDK-F pidió a las autoridades francesas que revoquen inmediatamente esta decisión inhumana.

"Francia, un país de derechos humanos, debe dejar de ser cómplice de las políticas represivas de Ankara que criminalizan a los kurdos y a todos los activistas políticos que luchan por la libertad y la justicia", afirmó el comunicado.

El CDK-F, que exige la liberación inmediata de Idris Kaplan y el cese de todos los procedimientos de deportación, concluye: “Llamamos a la comunidad francesa, a las organizaciones de derechos humanos y a todos aquellos que creen en la justicia a que actúen contra esta deportación arbitraria, que amenaza la vida y la libertad de un refugiado político. Francia debe elegir entre la complicidad con un régimen opresor y la lealtad a los ideales de justicia y humanidad”.