Soldados turcos y el Ejército Libre Sirio torturan a prisioneros de Afrin

Los residentes de Afrin encarcelados en la prisión turca de Yayladağı declaran que fueron torturados por soldados turcos y miembros del FSA.

La Comisión de Prisiones de la Asociación de Derechos Humanos (IHD) de Hatay ha preparado un informe sobre las violaciones de los derechos en la prisión cerrada de tipo T de Yayladağı de la ciudad. El informe se ha dado a conocer al público en una reunión celebrada en la oficina de IHD hoy viernes.

El co-presidente de la sección de Hatay de la IHD, Mürsel Tonguç Salmanoğlu, ha declarado que la asociación realizó una visita a la prisión a petición de tres presos de Afrin llamados İ.M., İ.M. y F.K., y preparó un informe basado en las declaraciones de los tres presos. Informó que İ.M. fue detenido y torturado por miembros del Ejército Libre Sirio (FSA, por sus siglas en inglés) en Afrin en 2018 y luego entregado a Turquía, donde fue condenado a cadena perpetua agravada en tres ocasiones. Salmanoğlu ha añadido que İ.M. fue sometido a tortura en Hatay y fue obligado a firmar la declaración tomada bajo tortura.

Todavía hay marcas de tortura en sus cuerpos’

Salmanoğlu también ha citado a İ.M. declarando lo siguiente:

“Un total de 11 personas fueron detenidas injustamente por miembros del FSA por un incidente y una acusación con los que no teníamos nada que ver. Fuimos sometidos a fuertes torturas. Todavía tenemos marcas de tortura en nuestros cuerpos. Los médicos no nos examinaron y no hicieron ningún informe. No emprendimos ninguna acción contra Turquía. No somos miembros de ninguna organización. No nos hemos unido a ninguna organización en nuestra vida. Fueron los miembros del FSA los que nos detuvieron en Siria, luego nos llevaron a Turquía y nos torturaron con soldados en un puesto de la gendarmería turca. Durante 3 años y 8 meses, no hemos podido informar a nadie de la injusticia que se ha cometido con nosotros. No podemos recibir noticias de nuestra familia ni hablar con ellos. Estoy casado y no he podido ver a mi mujer durante este periodo de tiempo. No se nos permite tener llamadas telefónicas ni correspondencia con nuestra familia. Estamos completamente abandonados a nuestra suerte. Por favor, hagan que nuestras voces se escuchen en todo el mundo. Que los defensores de los derechos humanos escuchen y difundan nuestras voces. Que se reúnan con nosotros. Es una injusticia lo que se está cometiendo contra nosotros”.