El informe "Libertad de prensa y libertad de expresión", también apoyado por la Unión Europea, enumeró las crecientes y violaciones a la libertad de prensa y la libertad de expresión en Turquía.

Según el artículo de Şeyma Paşayiğit en el periódico Cumhuriyet, hay 159 periodistas en cárceles, mientras que 123 periodistas son "buscados".

La Iniciativa de Periodistas Libres dio una declaración el 16 de mayo y anunció que con el arresto del editor web de la versión web de Cumhuriyet, Oğuz Güven, el número de periodistas encarcelados en Turquía había ascendido a 171.

Turquía se ha convertido en el carcelero de la mayoría de los periodistas y en el informe de Freedom House de 2016, clasificado 163º en el mundo, y 42º y último en Europa con 76 puntos. En el informe de 2016 de Reporteros sin Fronteras, el declive de Turquía también es claramente visible. Turquía cayó 57 puestos en los últimos 12 años en el índice de libertad de prensa, al 155º entre 180 países.

Según el informe de TGC, en el primer trimestre de 2017 se iniciaron 46 nuevas investigaciones y 20 demandas adicionales. El informe exige la liberación inmediata de todos los periodistas, ser juzgado sin detención y ser liberado de todos los cargos. TGC también exige que se ponga fin a las presiones gubernamentales y de capital y se declare que los periodistas cumplen adecuadamente sus funciones y que, por lo tanto, así se hace imposible el derecho del público a la información.

El informe también señala el aumento de la censura y la autocensura, e incluye la crítica de que ya no es posible prohibir el acceso a la información a través de la censura digital, pero sin ambargo, en Turquía, según el informe, hay 30 actos de censura digital por día en promedio, en forma de prohibiciones de acceso, prohibiciones de DNS, cierre de sitios web y otros medios.

El informe también protesta contra los actos de censura de RTÜK y señala que los periodistas no tienen seguridad en el empleo. TGC exige que mientras se cumpla el deber de informar al público, los periodistas deben tener seguridad en el empleo, las organizaciones profesionales deben ser protegidas y los periodistas no deben ser sometidos a campañas de calumnias y acusaciones o dejarse al azar del empleador.