Hace un año, dos ciudadanos fueron arrojados desde un helicóptero militar tras ser detenidos por soldados en Çatak, Van. El espantoso incidente causó la muerte de uno de ellos, Servet Turgut, e hirió gravemente al otro, Osman Şiban. Recordando que la decisión de confidencialidad respecto a la investigación sigue en curso, el abogado de la familia Baran Bilici ha exigido que la investigación se convierta en un litigio y ha dicho: “A medida que el proceso se alarga, las pruebas pueden diluirse”.
Haciendo hincapié en que han presentado denuncias penales desde el principio del incidente, Bilici ha explicado: “Cuando se inició la investigación, comunicamos a la fiscalía los nombres de los testigos del incidente. Después, nos aseguramos de que los testigos estuvieran presentes y se les tomara declaración. Antes de que pasara el tiempo, hicimos que nuestros testigos declararan cuando aún tenían frescos sus recuerdos. Se grabaron los testimonios de los testigos que vieron a Servet Turgut y a Osman Şiban siendo detenidos. Junto con nuestros colegas, presentamos las pruebas que pudimos encontrar. Pedimos que se corrigieran algunas deficiencias de la investigación. Sin embargo, no sabemos cuánto de esto se ha hecho realmente, ya que hay secreto de sumario sobre la investigación. Queremos que la Fiscalía General acelere este proceso”.
Bilici ha señalado que el hecho de que la investigación, que lleva un año, no haya concluido ha generado desconfianza entre público en el poder judicial. El abogado también teme que cuanto más largo sea el proceso, mayor sea el riesgo de que se diluyan las pruebas. Bilici ha dicho: “Creemos que los autores que sean identificados deben ser procesados por el delito de tortura. Porque este tipo de sucesos ocurren con frecuencia en la región, pero los implicados en este tipo de incidentes son absueltos de alguna manera. Este fue un incidente muy grave y las familias tienen expectativas. Quieren que se haga lo que legalmente corresponde”.