Desde hace un mes se viene celebrando una serie de actos para conmemorar el trigésimo aniversario de la prohibición del PKK en Alemania.
Los actos forman parte de la campaña para levantar la prohibición. La semana pasada se celebraron conferencias en Fráncfort del Meno, Halle, Landshut, Ingolstadt y Gottingen. Con la serie de conferencias, la campaña pretende, por un lado, arrojar luz sobre los orígenes de la prohibición del PKK y las relaciones germano-turcas y, por otro, llamar la atención sobre el déficit democrático que existe como consecuencia de la prohibición.
En los actos se señaló que los kurdos están bajo sospecha general en Alemania y que las actividades organizadas, como actos culturales, recaudación de fondos o manifestaciones, están criminalizadas de antemano.
En el contexto de la criminalización, también se examinó en las conferencias el apartado 129b del Código Penal. Este párrafo castiga la pertenencia a una organización criminal o terrorista en el extranjero y ha llevado a condenar a activistas kurdos a penas de hasta cinco años de prisión en los últimos diez años, sin que los afectados hayan sido acusados de delitos individuales concretos.
En el debate posterior a una conferencia en Gottingen, se analizó la criminalización de la comunidad kurda y se situó en el contexto del endurecimiento previsto de las leyes de asilo y la reforma de la ley de naturalización.