Ende Gelände condena la guerra de Rusia en Ucrania

Ende Gelände, movimiento de desobediencia civil por la justicia climática: “A pesar de las emisiones masivas y la destrucción del medio ambiente, la industria armamentística apenas ha sido el centro de los debates sobre política climática hasta la fecha”.

Ende Gelände, un movimiento alemán de desobediencia civil por la justicia climática, ha condenado enérgicamente la guerra de Rusia contra Ucrania, que viola el derecho internacional, y ha reclamado el abandono inmediato de los combustibles fósiles así como un giro radical en materia de energía y calefacción.

“Nos solidarizamos con la sociedad civil democrática de Ucrania. Ende Gelände pide ayuda humanitaria y la acogida solidaria de los refugiados y refugiadas. Rusia debe retirar inmediatamente todas las tropas de Ucrania y poner fin al ataque. Nuestra solidaridad también se dirige a la gente en Rusia que protesta contra la guerra a pesar de la más dura represión”, ha declarado la portavoz Elia Nejem.

Poner fin a los especuladores de la guerra

A pesar de las enormes emisiones y la destrucción del medio ambiente, la industria armamentística apenas ha sido el centro de los debates sobre política climática hasta ahora. Ende Gelände ha rechazado enérgicamente los planes del gobierno alemán de gastar 100.000 millones de euros en la modernización de las fuerzas armadas alemanas:

“¡La industria bélica mata! Armarse no significa el fin de la guerra, sino seguir destruyendo nuestro planeta. La guerra empeora todas las crisis, incluida la crisis climática. La industria de la defensa se beneficia de la guerra y la destrucción y emite enormes cantidades de gases de efecto invernadero. Queremos poner fin a los que se benefician de la guerra, así como a los que se benefician de la crisis climática”, ha señalado Elia Nejem.

Y ha agregado: “En lugar de estados altamente armados y una vuelta a la Guerra Fría, Ende Gelände pide la salida inmediata del gas como respuesta a la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania. No son los Estados, los oligarcas y las empresas turbias los que deben controlar el suministro de energía, sino todos nosotros y nosotras. El suministro de energía debe ser descentralizado, renovable y respetuoso con el clima. Necesitamos bombas de calor en lugar de armas. En lugar de renovar las armas, deberían invertirse miles de millones en una transición energética y de calefacción radical. Una salida inmediata del petróleo, el carbón y el gas evitaría seguir llenando los cofres de guerra”.

El movimiento de desobediencia civil ha anunciado una nueva acción contra GNL (gas natural licuado) en Brunsbüttel y Wilhelmshaven. Ya el verano pasado, protestó contra la construcción prevista de la terminal de gas natural licuado en Brunsbüttel. El Canal de Kiel permaneció bloqueado durante varias horas.

“Las mismas políticas y corporaciones que nos hicieron depender del gas ruso quieren ahora hacernos creer que el gas fósil de Qatar es la mejor respuesta. El gas obtenido mediante prácticas de fracturación hidráulica (fracking), procedente de EE.UU. o Argentina, también significa desplazamientos, muerte y destrucción. Nos resistimos a esta continuación de la violencia colonial y apostamos por la eliminación inmediata del gas”.