¿Qué papel desempeñará Barrack en el futuro de Siria?

Thomas Barrack y su equipo priorizan los intereses de Turquía, ignorando las realidades que enfrentan las comunidades locales de la región.

HTS

Se ha informado que Thomas Barrack, Representante Especial de Estados Unidos para Siria, se reunirá con la administración de las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF) para abordar las relaciones con Damasco. La administración Trump parece decidida a someter a Siria a su esfera de influencia de una forma u otra. Y no se puede decir que a Ahmed Al-Sharaa (Al-Jolani) esto le preocupe. Su reunión con Trump no sugiere otra cosa. El resultado probable es la eventual inclusión de Siria en los Acuerdos de Abraham.

Para Al-Sharaa, el poder prima sobre la religión o la ideología. Es lo suficientemente astuto como para comprender que mantenerse en el poder requiere el respaldo de Estados Unidos e Israel. Y su mentor y patrocinador es nada menos que Recep Tayyip Erdoğan.

En cuanto a mentalidad, Erdoğan no se diferencia de Hay'at Tahrir al-Sham (HTS). Turquía es el único Estado de la región que no choca con HTS a nivel estratégico o ideológico. HTS, en su forma actual, busca establecer un régimen más centralizado que el gobierno Baaz. Su principal diferencia con Bashar al-Asad radica en incorporar más elementos religiosos al concepto de gobernanza.

Desde una perspectiva tanto religiosa como sectaria, no existe contradicción entre HTS y Erdoğan. Excluir la democracia y establecer una autoridad hipercentralizada se alinea perfectamente con la visión política de Erdoğan. Una Siria democrática no es ni la exigencia ni la preferencia de Erdoğan. Cuanto más autoritario sea el sistema que establezca HTS, más fácil será para Erdoğan colaborar con ellos.

Erdoğan busca llegar a un acuerdo con Trump para marginar a las SDF. Insiste repetidamente en que “las SDF deben ser absorbidas por el ejército sirio y disueltas desde dentro”. La seguridad en Siria aún no se ha logrado, pero la seguridad de la región autónoma y de su población no les importa. La prioridad de Turquía sigue siendo el desmantelamiento de las SDF y garantizar que a los kurdos y a las kurdas se les niegue cualquier tipo de estatus político.

Estados Unidos, Siria y Turquía están trabajando actualmente en un plan para transferir el control de los campamentos y prisiones del ISIS al gobierno de Damasco. Las negociaciones con Estados Unidos sobre este asunto ya están en marcha. Mientras los funcionarios turcos hablan públicamente de construir una “hermandad kurdo-turca”, al mismo tiempo continúan sus esfuerzos para eliminar la presencia kurda en el terreno.

Thomas Barrack es plenamente consciente de las exigencias de Turquía. HTS acepta todo públicamente, pero en la práctica sigue su propia agenda. Quienes son reclutados en las fuerzas militares y de seguridad son incluidos en programas de entrenamiento religiosos y basados en la sharia. El objetivo es absorberlos ideológicamente y asegurar su sumisión. Sería ingenuo suponer que Estados Unidos y las potencias europeas desconocen estas prácticas. Incluso la supuesta Constitución temporal redactada en la región carece por completo de contenido democrático, pero no se ha planteado ninguna objeción seria. Barrack y su equipo se han centrado exclusivamente en las susceptibilidades de Turquía, ignorando por completo las condiciones reales que viven los habitantes de la región.

¿Pero es la revolución en Siria obra exclusiva de HTS? Las SDF han sufrido más de veinte mil bajas y heridos. Derrotaron a ISIS en cooperación con la Coalición Internacional. Si no fuera por esa victoria, si no fuera por la presencia de las SDF, ¿tendría HTS siquiera la oportunidad de posicionarse en Damasco hoy? Estos hechos históricos se ignoran deliberadamente.

Barrack y su equipo deberían preguntar a HTS por qué se ha excluido del gobierno a la población de la Administración Autónoma. El 10 de marzo se firmó un acuerdo con HTS. Sin embargo, HTS no ha incluido a ningún representante del Norte y Este de Siria, donde reside un tercio de la población del país, en ninguna estructura gubernamental. No les han asignado funciones en ningún ministerio. Es evidente que HTS no quiere compartir el poder con nadie. Quizás la Administración Autónoma no planteó formalmente esta demanda o decidió no priorizarla en su momento.

Sin embargo, estas comunidades tienen el derecho legítimo de participar en el gobierno del país. Si se las excluye, HTS simplemente reemplazará el régimen Baaz con otra forma de gobierno autoritario. Lo que se necesita con urgencia es democratización y mecanismos más sólidos para compartir el poder. La cuestión no es simplemente si las SDF deben integrarse en el ejército nacional. La verdadera pregunta es: ¿Por qué no se ha incluido a estas comunidades en el gobierno ni en otros órganos administrativos? Es necesario plantearlas e insistir en ello.

Además, HTS no resuelve los conflictos por medios democráticos. En conflictos anteriores con la población alauita, esta recurrió a la violencia, lo que condujo a masacres. Mujeres y niñas alauitas han sido secuestradas y tratadas como botín de guerra. Estos informes han recibido amplia cobertura mediática.

HTS no muestra una actitud diferente hacia la comunidad drusa. Si tuviera el poder y los medios, impondría una lealtad total a todas las comunidades y sometería a masacres a quienes se resistieran. Estas no son meras predicciones ni comentarios especulativos; son patrones arraigados en años de observación de acciones y prácticas.

En los últimos días, un atentado suicida contra una iglesia en Damasco resultó en una masacre. ¿Qué clase de mentalidad y espíritu podría justificar tal violencia? ¿Cómo se puede condenar a muerte a seres humanos simplemente por pertenecer a una religión o creencia diferente? ¿Acaso pretenden borrar la diversidad religiosa del mundo mediante asesinatos masivos?

Estas tierras son antiguas. Durante miles de años, pueblos de diferentes etnias y creencias han coexistido aquí. Y ahora, ¿deberán ser erradicados y expulsados? Los cristianos y las personas de otras religiones están siendo "limpiados" de estas tierras. El objetivo es hacerlos sentir inseguros, por lo que se ven obligados a irse.

Esta es la mentalidad de HTS. No cabe duda. Si no fuera así, ya habrían adoptado medidas serias y dado pasos significativos.