Multitudes salieron a las calles de Estocolmo, la capital de Suecia, para expresar su solidaridad con Rojava contra la campaña genocida turca que intenta invadir el norte de Siria junto con las bandas de ISIS y al-Nusra en violación del derecho internacional.

Los manifestantes se reunieron en la Plaza Sergel, donde los kurdos y sus simpatizantes han estado realizando manifestaciones todas las noches desde el lanzamiento de los ataques de invasión de Turquía contra el norte de Siria el 9 de octubre.

La manifestación masiva comenzó con un minuto de silencio en memoria de los mártires de la revolución, seguido de los discursos de los representantes de los partidos y asociaciones de Suecia, Kurdistán, Turquía, Irán y las comunidades asirio-sirio-caldea.  

Los oradores hicieron un llamamiento a la acción internacional para que las tropas turcas y los mercenarios aliados abandonen Rojava y el norte de Siria.

El diplomático sueco y defensor de los derechos humanos Thomas Hammarberg pidió el fin de la invasión turca y criticó la exclusión de los kurdos de las conversaciones para la nueva constitución para Siria. Subrayó que una constitución que no incluya a los kurdos no servirá a una paz duradera.

El diputado del Partido Moderat Jörgen Persson condenó la invasión de Rojava por parte del presidente turco Erdoğan, las masacres y los ataques contra los kurdos y otras minorías de la región, y subrayó que seguirían apoyando a los kurdos y a otros pueblos de la región.

Muchos políticos enviaron su mensaje de solidaridad a la manifestación, entre ellos la Ministra de Asuntos Exteriores de Suecia, Ann Linde.

Después de los discursos, la multitud marchó a la plaza de Medborgarplatsen. La marcha, que duró una hora y media, estuvo acompañada de discursos que exponían la invasión del Estado turco.