La Delegación Parlamentaria francesa para la Inteligencia (DPR) ha señalado en un informe que Rusia, China, Turquía e Irán lideran las injerencias extranjeras en Francia y Europa, y aunque Moscú ocupa actualmente el primer puesto, Pekín está a punto de superarle, ya que cuenta con unos 250.000 agentes sobre el terreno.
El informe anual señala que, teniendo en cuenta la situación actual en materia de inteligencia e injerencia extranjera, es necesario aplicar varias medidas para contrarrestar las amenazas, entre ellas la introducción de normas vinculantes, campañas de sensibilización y sanciones a nivel de la UE.
"El nivel de amenazas por injerencias extranjeras es elevado en un contexto internacional tenso", escribió el DPR en su informe, publicado el jueves.
El alto nivel de amenazas de injerencia extranjera está relacionado con "un cambio radical en el contexto geopolítico" y "la revolución digital y tecnológica". El informe explica que esto ha convertido al ciberespacio en "el escenario preferido para la confrontación" entre Estados y ha ampliado su capacidad de influencia, injerencia y espionaje.
Según el DPR, los Estados cuyas actividades suscitan mayor preocupación son Rusia, China, Turquía e Irán.
El DPR es responsable de supervisar al gobierno en materia de inteligencia y está formado por un reducido número de diputados de todos los partidos políticos con representación parlamentaria. Como el DPR trabaja en gran medida bajo el sello del "secreto de defensa", muchas partes del informe han sido redactadas.
Según el informe, Rusia es el único Estado que ha "establecido como doctrina oficial" la manipulación de la información con el objetivo de "debilitar a Occidente", en referencia a la injerencia en procesos electorales, especialmente en las elecciones presidenciales estadounidenses de 2016 y francesas de 2017 ("Macron Leaks").
El informe también destaca el caso especial de China y el extraordinario tamaño de su servicio de inteligencia exterior, que cuenta con 250.000 agentes. Además, la legislación china "convierte a todo ciudadano chino en un espía en potencia, y la obstrucción de las labores de inteligencia se castiga con sanciones", lo que aumenta el riesgo de injerencias.
El DPR se encarga de supervisar al gobierno en materia de inteligencia y está formado por un reducido número de diputados de todos los partidos políticos con representación parlamentaria.