Durante una marcha en Londres organizada por la Asamblea del Pueblo Kurdo Británico el 14 de agosto de 2016, exigiendo la libertad del líder kurdo Abdullah Öcalan, un policía británico fue acusado de manifestar un comportamiento racista y fue demandado.

El policía Marcus Tyson se dirigió a los activistas kurdos con lenguaje racista y hostil, diciendo cosas como: "Este es mi país, no puedes decirme qué hacer en mi propio país".

La Asamblea Popular Kurda Británica demandó al agente de policía que fue suspendido durante la investigación.

Dos años y medio más tarde se pronunció la sentencia.

El tribunal disciplinario dijo el miércoles que estaba convencido de que el comportamiento del agente de policía Tyson constituía una falta grave de conducta y que el único desenlace posible era el despido sin previo aviso.

El juicio se celebró el miércoles. La presidenta del tribunal, Luisa Cieciora, dictaminó que el comportamiento del agente de policía era inaceptable y que había abusado de su cargo.

Cieciora describió la actitud de la policía como "irrespetuosa, fea y racista".