La campaña Peace in Kurdistan ha escrito una carta abierta al Secretario de Estado de Asuntos Exteriores y de la Commonwealth del Reino Unido, Dominic Raab, sobre la invasión de Turquía en el norte Irak (Kurdistán del Sur, Bashur) y los ataques a los kurdos.
En la carta, Peace in Kurdistan busca exponer la última operación del Estado turco en Bashur, llamada Relámpago.
La carta dice: “El 23 de abril de 2021, el Estado turco lanzó la Operación Relámpago. Se trata de un intenso ataque militar contra zonas predominantemente kurdas en el norte de Irak. La fecha elegida para el ataque coincide con el aniversario del inicio del genocidio armenio iniciado en 1915, en el que 1’5 millones de hombres, mujeres y niños fueron asesinados por las fuerzas otomanas”.
La carta añade: “Tras un mes de combates de las fuerzas armadas turcas contra las guerrillas kurdas, que se resisten a la invasión, queda claro que el gobierno de Turquía se propone aniquilar a los kurdos utilizando tropas terrestres, bombardeos pesados y armas químicas. Esta expedición militar se combina con un asalto a la representación democrática de los kurdos dentro de la propia Turquía: el Partido Democrático de los Pueblos (HDP) se enfrenta a su ilegalización, a pesar de ser el tercer partido más grande del país con representación parlamentaria y municipal, y sus diputados, co-alcaldes y representantes, son juzgados y encarcelados en virtud de leyes destinadas a proporcionar una cobertura propagandística para la eliminación de críticos y opositores no deseados. Todo esto ocurre sin censura y sin que los gobiernos del Reino Unido o de Europa hagan comentarios al respecto”.
Peace in Kurdistan recuerda en la carta que “hace un siglo que la Conferencia de El Cairo debatió sobre el Oriente Medio post-otomano. En esa conferencia, el entonces Secretario Colonial Winston Churchill previó que un destino trágico podría caer sobre los kurdos si se ignoraban sus sentimientos e intereses. El Tratado de Lausana de 1923 ignoró los deseos y derechos de los kurdos y éstos fueron repartidos entre Turquía, Irán, Irak y Siria, donde se les ha negado la representación democrática y sus derechos culturales. Los gobiernos británicos han mantenido sistemáticamente el statu quo posterior a 1923 y han prestado apoyo diplomático y militar a los sucesivos gobiernos turcos mientras reprimen a los kurdos”.
Hoy, dice Peace in Kurdistan, “Turquía pretende establecer bases militares permanentes en Irak y someter a los kurdos y a otros pueblos que viven en el territorio que ha sido ocupado. Se está matando a cientos de personas y esto incluye a los soldados de Turquía. Turquía no podría actuar así sin el acuerdo del Reino Unido y otros gobiernos, incluidos los de Estados Unidos y la Unión Europea”.
La carta continúa: “No hay justificación para que el gobierno de Su Majestad permanezca en silencio sobre lo que les está sucediendo a los kurdos en Irak, Siria, Irán y Turquía y lo que se está convirtiendo en una política de exterminio. Reino Unido tiene una responsabilidad histórica y moral por el destino que está sufriendo el pueblo kurdo. Sus representantes deben pronunciarse contra el intento de imponer una solución militar a la cuestión kurda y a favor de las negociaciones para una resolución pacífica del conflicto. No hacerlo equivale a ser cómplice de la atrocidad que se está produciendo”.