Desde el 25 de junio de 2012, se celebra en Estrasburgo una vigilia permanente por la libertad de Abdullah Öcalan frente al Comité Europeo para la Prevención de la Tortura, el Consejo de Europa y el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Semana tras semana, las delegaciones de activistas se turnan. Cada día, los transeúntes se informan de la situación del líder kurdo, de su alternativa democrática radical y de su importancia para la paz en Oriente Próximo, mediante folletos, debates y contribuciones.
La elección del lugar no es casual. Porque son precisamente las instituciones europeas las que se caracterizan por su silencio o su incoherencia en relación con el líder kurdo, que lleva 23 años totalmente aislado en la isla-prisión de Imrali.
Esta semana, un grupo de Ulm y del Bodensee se hace cargo de la protesta. Forman parte de la delegación Ahmet Baytar, Mustafa Polat y Ali Dönmez. Ahmet Baytar acusó a los Estados de la UE de "complicidad en el crimen contra el pueblo kurdo". Dijo que la vigilia era una expresión de la lucha kurda por la libertad y que continuaría con toda determinación.