Abren otra fosa común en Shengal

Los yazidíes temen que a los perpetradores de masacres se les pueda conceder impunidad y amnistía.

A lo largo de la historia, la comunidad yazidí se ha enfrentado a cientos de masacres y actos genocidas perpetrados contra ella. De ellos, los más grandes y brutales, contabilizados en 74, son muy discutidos y han marcado para siempre la memoria colectiva de los yazidíes. El mundo conoce al pueblo yazidí más por los genocidios que por su cultura y creencias, una dolorosa realidad para los yazidíes. El 74º acto genocida fue llevado a cabo en el año 2014 por Daesh, el llamado grupo Estado Islámico. Sin duda, este genocidio causó mucho dolor, traumas y profundas pérdidas en la comunidad yazidí. Decenas de miles de yazidíes fueron asesinados, secuestrados y tomados como esclavos. Los niños fueron reclutados a la fuerza como niños soldado.

Además, cientos de miles de habitantes de Shengal fueron expulsados de su tierra natal. Hasta hoy, unos 200.000 de ellos viven en condiciones miserables en campos de la región iraquí del Kurdistán. Hasta la fecha se han encontrado al menos 87 fosas comunes en toda la región de Shengal, la mayoría de las cuales aún deben ser exhumadas para tomar muestras de ADN y posibilitar enterramientos adecuados. Muchos lugares aún no han sido limpiados de minas y artefactos explosivos improvisados (AEI) abandonados por el ISIS. Con demasiada frecuencia, estas minas causan muertes entre la población local.

En la región de Shengal (Sinjar), en el noroeste de Irak, se abrió otra fosa común que contiene víctimas del genocidio cometido por el ISIS hace nueve años.

Líderes religiosos yazidíes estuvieron presentes en la apertura de la fosa común en Til Ezer el 15 de octubre.

Un residente local, Sultan Mehmud, habló con RojNews en el lugar de la fosa común donde se descubrieron los huesos de 8 de sus familiares. “Aún no se han abierto fosas comunes porque el gobierno iraquí es insensible al respecto. Quieren liberar a los perpetradores con una nueva amnistía”, afirmó.

Sultan Mehmud, testigo del ataque del ISIS en la región de Shengal, indicó: “Aquí están enterrados los huesos de ocho miembros de mi familia. 38 familiares míos siguen cautivos”.

Otro residente, Xifşê Xidir, agregó: “Hay que abrir fosas comunes para que podamos visitar las tumbas de nuestros seres queridos. Nadie nos ayuda con eso”.

Hesen Ebdu declaró: “Cada nueva fosa común que se abre significa una nueva tragedia para nosotros. El gobierno iraquí aún debe castigar a los asesinos. Estamos en contra de que se conceda una amnistía a los perpetradores”.