El líder del pueblo kurdo Abdullah Öcalan divide su vida personal y política en tres períodos:
Primer periodo
Primera etapa: Comienza con el conflicto que tuve con mi madre sobre lo que yo reclamo como el derecho a definir mi lugar en la sociedad, con los primeros rechazos contra la familia y el pueblo y con mi participación en la escuela primaria.
La escuela primaria es el primer paso para interesarse por el estado, el lugar donde la personalidad se aleja de la sociedad comunal para pasar a la sociedad estatista. Esto va de la mano con la urbanización. Los valores de la ciudad se consideran superiores a los valores comunales del campo. La escuela media, la secundaria, el trabajo estatal y los estudios universitarios hasta el último año son todos pasos en la preparación para una carrera estatal. A esta edad, predomina de forma clara en todos, la mentalidad de la ciudad y el estado. El estado de subdesarrollo y una nación reprimida se convierte en un rechazo al estado. Simpatizar con la izquierda realmente no significa nada más que buscar un estado que se preocupe más por la justicia, la igualdad y el desarrollo. En esta fase la personalidad rompe en gran medida su vínculo con la sociedad tradicional, negando la sociedad ancestral y comunal rural. En su lugar, se forma una personalidad marginal que niega y desprecia su pasado, adora la grandeza del Estado y de la ciudad, y corre ciegamente hacia el sistema oficial. Se produce una masacre de identidad muy trágica.
Segundo periodo
Segunda periodo: Comienza con el intento de liberarse de la sociedad burguesa y del Estado, y construir un grupo ideológico independiente, con el objetivo de crear un sistema político y social propio y moderno. Contra la primera fase de socialización, centrada en los niños con la memorización de las oraciones religiosas y la asistencia a la escuela primaria, la segunda fase de socialización se desarrolla con los estudiantes universitarios, partiendo de una base ideológica nacional e izquierdista. A pesar del esfuerzo por reexaminar la propia sociedad desde cero contra los valores difundidos por el capitalismo y el chovinismo de la nación gobernante, estos intentos están lejos de alcanzar su objetivo, ya que las corrientes nacionales e izquierdistas existentes no tienen la fuerza necesaria para superar las reglas de la vida capitalista.
Esta etapa, que también podemos definir como el primer paso en la creación del PKK, es un poco como una hoja dispersa, en el tormentoso mundo de los años setenta, a merced del viento. No sólo se aleja del mundo tradicional, sino que tampoco está en comunión con los valores centrales del capitalismo.
Ahí se produce un intento de redescubrir la sociedad y el país a través de búsquedas teóricas y prácticas. De hecho, se sigue una tradición de izquierda extendida por todo el mundo. Ahora tenemos nuestra propia idea específica y el grupo crece en número. Después de la salida del país, como una oruga que emerge de su capullo, comienza una fase de gran autoconfianza y de juventud. Promete la esperanza de que la utopía pueda hacerse realidad. Cuando el apoyo parcial del pueblo se convierte en un movimiento de masas, se refuerza aún más esta autoestima. Se adquiere conocimiento del poder de las armas, se entrena un grupo guerrillero de movimientos nacionales modernos y se alcanzan grandes desafíos del país de manera armada. Ahora es el momento para el nuevo movimiento histórico.
La primera parte de este período, que incluye los años de mi vida de 1972 a 1984, puede ser analizada desde diferentes puntos de vista. También podría llamarse a esta época el despertar del empobrecido pueblo kurdo. También podría interpretarse como la primera rebelión, el primer disparo contra el destino incierto. O como un grito por el honor y la dignidad. Hay otras interpretaciones posibles: La primera acción exitosa de David contra Goliat, los primeros pasos hacia el coraje por la libertad de pensamiento. Tal vez sea también la ruptura de las reglas de la esclavitud, que tiene raíces milenarias. En general fue un período lleno de significado, incluso un segundo nacimiento, en el que se iba a diseñar la elaboración de un nuevo paradigma y para cuyo éxito se necesitaba un poco de suerte, un poco de trabajo y un poco de convicción.
La segunda parte de la segunda etapa de mi vida abarca los años comprendidos entre el 15 de agosto de 1984 y el 15 de febrero de 1999. Este período de quince años ha sido increíblemente intenso, y la lucha armada fue la segunda iniciativa del PKK. En la historia de Oriente Medio, se pueden hacer comparaciones con los grupos de Babak, los Carditas, los Caramitas o Hasan Sabah. Mientras que el cristianismo es dominante en la primera parte, hay una mezcla de judaísmo y mahometanismo en la segunda. La tarea de "guiar a un grupo de emigrantes a la tierra prometida" requiere de un gran esfuerzo y habilidad. Mientras que la emigración recuerda el acto de Moisés, las acciones de guerra se parecen a las de Mahoma en Medina. Prevalece una atmósfera espiritual de fe y convicción. La manera de dedicarse a la propia convicción es como la de los creyentes. El socialismo científico se practica como si fuera una religión.
La guerra es una acción totalmente sagrada. El hombre, el individuo, se convierte gradualmente en una nulidad, la meta se convierte en todo. Es muy difícil incluso darse cuenta de que la historia se ha visto afectada por la típica enfermedad del poder. La característica más típica es que todo se sacrifica bajo la creencia de que lo más sagrado es la acción. Si bien hay que decir que la vida es el valor más sagrado, en su lugar, una personalidad casi fanática sale a la palestra con el compromiso de que "la meta lo es todo, la vida no vale nada".
La segunda etapa vital fue contradictoria debido a su naturaleza estatal, pero aún no se ha perdido la postura democrática comunitaria. El conflicto entre estas contradicciones determinaría el resultado. La conspiración del 15 de febrero de 1999 también asestó un golpe mortal al Estado. Si el partidismo orientado al estado y el estatismo son una enfermedad, entonces el golpe que me dieron todos los estados capitalistas del mundo el 15 de febrero de 1999 también jugaría el papel de una partera, una medicina para mi tercer nacimiento.
Tercer periodo
La tercera parte de la vida – si todavía se puede llamar vida en nombre y esencia – puede considerarse desde el 15 de febrero de 1999 en adelante. Su faceta distintiva es que empezó con una ruptura con la vida, orientada hacia el estado en general y la vida del capitalismo moderno en particular. No voy a correr hacia lo salvaje de nuevo. No voy a volver 10 mil años atrás, pero es seguro que algunos de los valores fundamentales de la humanidad se esconden en esos años. A menos que la humanidad de aquel entonces se integre en el actual nivel científico-técnico, cuando la civilización se cortó con mil artimañas y tiranía, la verdadera liberación y libertad del hombre no será posible.
Romper con la civilización y la vida orientada al estado no es dar un paso atrás. Al contrario, renunciar a la inflada personalidad de poder basada en la sangre y la mentira, que conduce a una ruptura catastrófica con la naturaleza, es quizás la oportunidad más fundamental para curarse.
Y hay una vuelta de una sociedad arrinconada -que se volvió obesa, completamente alienada de la naturaleza, plagada en cierto sentido de úlceras cancerígenas, absurdamente urbanizada-, a una sociedad ecológica. De una sociedad con un estado cada vez más autoritario y totalitario, a una sociedad democrática-comunal, libre e igualitaria. Hablo de un gran paradigma intelectual y espiritual, desde luego no es un anhelo creado desde una prisión de un solo hombre.
Creo que el verdadero progreso no tiene nada que ver con las grandes ciudades y las autoridades del poder, al contrario, constituyen la mayor fuente de enfermedades. Pienso que vivir en un lugar que supera el viejo pueblo y la nueva ciudad pero que al mismo tiempo combina los nuevos asentamientos ecológicos con las últimas nociones de ciencia y tecnología, representa la verdadera revolución. Si hay un camino hacia el futuro, creo que tiene sentido y vale la pena tomarlo cuando se basa en hechos. Soy de la opinión de que he aclarado bastante la línea ideológica, política, organizativa y moral que personalmente quiero desarrollar.
Dos maneras de acompañar
Esta competencia -teórica, ética e ideológica que he alcanzado- puede ser acompañada de dos maneras: ya sea mediante una participación basada en la confianza, sincera y humilde, o mediante una participación deliberada en la esencia teórica y la competencia ideológica a través de un esfuerzo altamente consciente. Miles de camaradas, entre ellos Haki Karer, Kemal Pir, Mazlum Doğan, Hayri Durmuş y Mahsum Korkmaz, que contribuyeron con gran valor al PKK, participaron en la equilibrada armonía de estos dos estilos. Esta participación concisa les ha hecho mantener hasta el final la actitud más heroica. Por otra parte, quienes no participaron ni sincera ni humildemente, o quienes pudieron participar sobre la base de esfuerzos teóricos e ideológicos suficientemente altos, siempre han tropezado; a veces mostraron oscilaciones en forma de grupos mafiosos, otras en forma de grupos de liquidadores e incluso tendencias pandilleras. Es difícil para nosotros encontrarnos en una mentalidad común con aquellos que no captan mi poder mental básico, no lo respetan y no pueden mostrar una participación teórica en un desempeño humilde y elevado. Aquí se debe mirar la mentalidad más elevada. De lo contrario, premiar una mentalidad atrasada conducirá a la desviación.
La integración con el pueblo
Hay que saber que desde los siete años, siempre me he centrado en vivir de forma organizada y activa. De hecho, la organización requiere acción; la acción requiere organización. El segundo punto principal que debe entenderse es que mi línea política ha favorecido una gran apertura desde una postura democrática natural a una democratización consciente y activa y que se ha logrado la integración con el pueblo. La organización y la acción deben entenderse como un estado de vida. El único tipo correcto de compromiso es una organización muy competente, que encarne esto de acuerdo con la esencia de la línea ideológica y política y la integre con una acción decidida y productiva.
La actitud ética correcta es el dominio y la sabiduría de la vida, basada en la ciencia y no en la fe, considerando la libertad política como el esfuerzo de las nuevas creaciones. Esta es la creencia contemporánea. Todo esfuerzo de aquellos que no pueden mostrar este poder ético no puede evitar terminar en una desviación. La vida ética significa mostrar el poder de la participación como la existencia de la sociedad humana con una mentalidad constante y de libre albedrío. Los verdaderos grandes valores del PKK han sido realizados por aquellos que tienen esta actitud ética. Aquellos que realmente quieren tener una vida en línea con el PKK tienen que mostrar esta fuerza ética.
El liderazgo que represento es universal
En esencia, esta definición de liderazgo, a la que he estado representando con mi persona, muestra a todos cómo se debe ser reinventado revisando su participación. El liderazgo, tal como se define en esta línea, incluye todo el universo, la existencia humana, nuestra realidad social y la libertad democrática del pueblo. Por lo tanto, no es sólo nacional sino universal.
Recopilado de los análisis del representante del pueblo kurdo Abdullah Öcalan publicados bajo el título "Resumen y cartas adicionales" en su libro "En defensa del pueblo".