La resistencia en el campo de refugiados de Makhmur contra el asedio militar iraquí no cesa. El ejército iraquí ha situado a cientos de soldados con vehículos blindados y maquinaria pesada de construcción en las inmediaciones del campo de refugiados autogestionado para cavar trincheras y alambradas de espino y erigir torres de vigilancia, a pesar de las negociaciones mantenidas con el Consejo Popular de Makhmur. Los habitantes de Makhmur llevan más de una semana resistiendo y han levantado tiendas de campaña donde la gente discute y canta.
Mientras tanto, llegaron al campamento visitantes de la cercana ciudad de Makhmur. Los visitantes declararon su solidaridad con los residentes del campamento y dijeron que no habían olvidado cómo el PKK y el campamento les habían defendido del ISIS en 2014.
En los últimos años, intentos similares de cercar el campamento con alambre de espino han fracasado debido a la resistencia de la población. El campamento de Makhmur se encuentra a unos 60 kilómetros al suroeste de Hewlêr (Erbil), la capital de la región del Kurdistán iraquí. En el campo viven más de 12.000 personas. La mayoría se vio obligada a abandonar sus aldeas del Kurdistán Norte en la década de 1990 debido a la represión del Estado turco y a la política de tierra quemada. Tras una odisea de varios años y estancias en diversos campos, en 1998 fundaron el campo de Makhmur, al borde del desierto. La población del campamento forma así la mayor comunidad de refugiados kurdos del mundo.
El campamento, organizado democráticamente y autogestionado, es una espina clavada para Turquía. En los últimos años se han producido repetidos ataques aéreos contra Maxmur, el último en agosto de 2022, cuando un avión no tripulado mató a un padre de seis hijos. En un ataque aéreo tres meses antes, un civil resultó mortalmente herido por el ejército turco. Estos crímenes de guerra han permanecido sin consecuencias hasta el día de hoy.
Oficialmente, Makhmur está bajo la protección del ACNUR, pero en la práctica la ONU sólo está presente nominalmente. La organización abandonó el campamento durante los ataques del ISIS en 2014 y no volvió después.
El campamento de Makhmur ya se encuentra bajo un fuerte embargo por parte del PDK desde el 17 de julio de 2019. A los habitantes del campamento no se les permite entrar en las ciudades del Kurdistán del Sur ni acceder al campamento para cubrir sus necesidades básicas desde el exterior. Muchas personas han perdido la vida debido a este embargo. El cierre del campamento supone un grave peligro para la vida de las personas, porque entre ellas hay muchos refugiados gravemente enfermos.