De la cárcel del ISIS a las montañas kurdas, la historia de un joven árabe

Çiyager Agir es un árabe de Deir ez-Zor. Permaneció en una prisión de ISIS cuando su ciudad fue ocupada por el Estado Islámico y recuperó la esperanza tras la victoria en Kobanê. Se unió a la guerrilla y lleva dos años viviendo en las montañas kurdas.

Çiyager Agir nació en Deir ez-Zor en 1996. Tenía esperanzas como todos los demás; quería vivir libremente. Cuando ISIS ocupó la ciudad, la vida se volvió tan oscura como su bandera y comenzó a convertirse en una tortura.

Las ejecuciones en la plaza de la ciudad pasaron a formar parte de la vida diaria, con todo su horror. Quebrar miembros de la gente, azotar a las mujeres o dejar a ciudadanos hambrientos y deshidratados durante días se volvieron escenas recurrentes. Los habitantes fueron testigos de la crueldad impuesta a la población.

Çiyager Agir no podía aceptarlo y así se lo contó a sus amigos. Fue detenido por el ISIS. Permaneció en su prisión durante unos 5 meses y le torturaron repetidamente. La familia logró liberarlo pero, tras esto, quedó claro que no podía vivir así.

Kobanê lo motivó

La resistencia kurda y la derrota de ISIS en Kobanê fue un hecho que trajo luz a muchas personas que vivían en la oscuridad del ISIS de las ciudades ocupadas. La victoria de Kobanê representó la esperanza para Çiyager Agir.

"Cuando escuché el nombre del presidente Apo y reconocí la ideología de la humanidad que acudió a ayudarnos sin mirar la identidad que teníamos, me di cuenta de que el camino de la nueva vida en Oriente Medio era a través de las montañas del Kurdistán".

Dos años en las montañas del Kurdistán

"He estado en las montañas de la resistencia durante unos dos años. Puede haber diferencias en la cultura, el idioma, la tierra, el clima, pero en este Movimiento hay amigos de muchas naciones, todos están conectados entre sí más allá de la familia.

Nunca he sido testigo de la relación de compañerismo que estoy viviendo aquí. Un sentimiento muy diferente; es difícil de explicar. Puedo decir que es la comunidad de aquellos que comparten la felicidad, la resistencia, la risa y el pan con los demás de forma gratuita. El pueblo árabe ha sufrido mucho y sigue sufriendo. Sólo la filosofía del presidente Apo puede curar estos dolores. Aprovecho esta oportunidad para invitar a aquellos que miran al futuro con esperanza y especialmente a la juventud de mi pueblo a venir aquí", señala Agir.