Cada año, durante el segundo domingo de julio, personas de Europa y otros continentes hacen un “gran salto” en ríos y lagos como parte de una campaña a favor de la conservación y renaturalización de los ecosistemas de agua fresca.
Este año activistas de todo el mundo realizarán el “gran salto” para denunciar la construcción de la presa en Hasankeyf.
Durante todo el día se espera que lleguen un gran número de activistas a Hasankeyf, cerca del río Tigris, a pesar de las presiones de la policía.
Esta lugar, con más de 12.000 años de antigüedad y el río Tigris se encuentran amenazados por la Presa Ilisu y el proyecto de construcción de una Central Hidroeléctrica en la zona kurda del sudeste turco. Ilisu es una de las presas más controvertidas en el mundo por muchas razones, cada una de ellas debería ser suficiente para detener el proyecto.
El conocido como ’museo al aire libre’ de Hasankeyf, que integra más de 5.500 cuevas, 550 monumentos, y los restos de al menos 24 culturas, tiene un valor tan grande que la inundación programada es para muchos “un genocidio cultural”.
La región de Mesopotamia Alta, en la que hay al menos 400 yacimientos arqueológicos más que están amenazados por el proyecto de la presa, es conocida también por su cultura única y el tejido social que le da vida.
Las acciones de solidaridad serán llevadas a cabo en: Estambul, Antalya, Avanos Balıkova, Kızılırmak, Sine/Irán, Baghdad, Sarajevo, Berlín, Hamburgo, Mainz, Wendland, München, Nürnberg, Londres, Dundee/Escocia, Copenhagen, Manlleu/Catalunya, Río de Janeiro/Brasil, Roma.
En caso de ser completado el Proyecto de Ilisu degradaría de forma significativa la rica biodiversidad del ecosistema del Río Tigris que a día de hoy sigue siendo natural en su mayor parte.
La presa incrementaría los efectos de la crisis climática. Hasta 80.000 personas, perderían sus formas de vida y acabarían en la pobreza. También intensificaría los conflictos políticos y internos y externos. El Proyecto de Ilisu, además, afectará el flujo de agua que llega a las ciudades iraquíes afectando gravemente la agricultura iraquí, en particular la UNESCO ha denunciado el impacto que tendría sobre las Marismas de Mesopotamia en el sur de Iraq.
El gobierno turco, sordo ante los requerimientos de sociedad civil, organizaciones internacionales y gobierno de la zona, quiso comenzar a inundar la zona el 10 de junio de 1019, pero debido principalmente a las fuertes protestas ocurridas el 7 y 8 de junio, la fecha ha sido pospuesta durante un breve periodo de tiempo.
Es por ello que el día de hoy es crucial, según los organizadores de la protesta. “La electricidad siempre tiene una alternativa, pero no hay alternativa de Hasankeyf o el Tigris.