350 semanas han pasado desde la masacre de Roboski (Ortasu). En la tarde del 28 de diciembre de 2011, en la zona fronteriza de Şirnex-Qilaban (Şırnak-Uludere), 34 residentes de la población de Roboski fueron asesinados en un bombardeo de la aviación del ejército turco.

Los hombres jóvenes de entre 13 y 38 años cuyas familias vivían en los comercios fronterizos regresaban del sur del Kurdistán cuando fueron asesinados por el bombardeo de los aviones de combate turcos. El presidente Erdoğan agradeció a las autoridades militares la masacre; nadie fue responsabilizado. Desde entonces, los familiares de las víctimas se reúnen en el cementerio todos los jueves para exigir justicia.

También ayer, los familiares recordaron a las víctimas en el cementerio de Roboski. “El Estado ha cerrado los registros judiciales y archivado la democracia, los derechos humanos, los derechos de igualdad y la justicia. Pero nuestra lucha por la justicia continúa”, dijo uno de los familiares en la concentración.

Los familiares renovaron su promesa de continuar su lucha hasta que los perpetradores de esta masacre sean llevados ante la justicia.